Expertos del CSIC y de la Universidad Politécnica de Valencia, que han dirigido en Sevilla un curso sobre transferencia tecnológica, abogan por que los recortes derivados de la crisis no cercenen el despegue científico, que, en su opinión, se ha conseguido en España en los últimos años.

Vicente Díez, experto de la Universidad Politécnica de Valencia y director de este curso, en el que participan 23 especialistas en redes de transferencia tecnológica (OTRI), ha destacado que administraciones y empresas deberían de valorar "el enorme potencial" económico y laboral de la investigación para superar la crisis y consolidar un nuevo modelo económico.

"Ahora mismo hay un potencial enorme en las universidades para crear empresas intensivas en conocimiento, que muchas de ellas pueden -al final de una evolución lógica- crear muchos empleos que siempre son de alta cualificación, de alto valor añadido, que es lo que todos estamos buscando para ser competitivos en esta nueva economía que estamos afrontando a pasos acelerados", ha apostillado.

Díez y Juan Martínez, experto del CSIC que también ha participado en este curso, han destacado que España ha superado en las últimas décadas estereotipos sobre la secular marginación de la investigación o el divorcio entre ciencia, universidad y empresa, aunque han matizado que "aún queda mucho camino por recorrer".

En su opinión, además de que España aún no ha alcanzado los parámetros occidentales en investigación y desarrollo, el nuevo modelo económico basado en el conocimiento y en empresas de base tecnológica obligará a aumentar la producción científica porque se consumirá más tecnología y más rápidamente.

Martínez ha recordado que el número de solicitudes de patentes ha crecido en España de forma ininterrumpida en la última década hasta el punto de que el CSIC roza ya las 200 patentes al año, una cifra que duplica a la vigente hace un lustro.

Ha subrayado que, además, el 20 por ciento de estas solicitudes de patentes se ha consolidado en los últimos años en licencias de fabricación, un porcentaje desconocido en España y similar al de las universidades y centros tecnológicos más competitivos.

Díez, por su parte, ha señalado que España se ha consolidado como la décima potencia mundial y la quinta de Europa en artículos científicos de calidad.

Con todo, Martínez ha admitido que no todo son avances ya que la conversión del CSIC, en 2008, en agencia estatal levantó "ciertas expectativas que no se están cumpliendo", en especial la creación de una nueva carrera investigadora que no fuese exclusivamente funcionarial y que "de momento no se ha implementado".

Además, la incorporación de nuevo personal investigador por vía funcionarial "está siendo severamente castigada por el recorte para corregir el déficit" a causa la "drástica" reducción de la oferta de empleo público "que afecta, desde luego, a la provisión de nuevas plazas en el CSIC", ha apostillado.

Ambos expertos confían en que la ley de la Ciencia, a debate en el Senado, reforzará esta apuesta por la investigación y la tecnología emprendida en España en los últimos años y que consideran un elemento imprescindible para la nueva economía del conocimiento.

El curso de formación de técnicos de la red OTRI celebrado esta semana en la Casa de la Ciencia del CSIC en Sevilla ha ayudado a que estos profesionales conozcan las actividades de transferencia de conocimiento desde las universidades y organismos públicos de investigación al sistema productivo, como la protección del conocimiento, la gestión de proyectos nacionales y europeos, la tramitación de ayudas financieras a la investigación o la creación de empresas de base tecnológica.