La Agencia Espacial Europea (ESA) confirmó ayer que el nivel de la capa de ozono en el Polo Norte ha alcanzado mínimos históricos, tal y como había avanzado la víspera el Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS).

Ayer, el CNRS había anunciado una disminución de la capa de un 40% en una "zona extensa", un fenómeno nunca antes observado, justificándolo por "un invierno estratosférico muy frío y persistente".

Según la ESA, este situación es la consecuencia de la presencia de vientos fuertes en la región, que provocaron temperaturas inusualmente bajas.

En contacto con los clorofluorocarbonos, esas masas de aire provocaron un deterioro del ozono.

Los clorofluorocarbonos (CFC), ahora prohibidos en la industria por su papel en la destrucción de la capa de ozono pero todavía disueltos en la atmósfera, empiezan a liberar cloro y bromo, dañinos para este gas que protege a la Tierra de los rayos ultravioletas.

"Las moléculas de ozono continuarán destruyéndose durante las próximas décadas, sobre todo durante los inviernos árticos especialmente fríos".

La capa de ozono protege la atmósfera terrestre a unos 25 km de altura y filtra la radiación solar eliminando gran parte de los dañinos rayos ultravioletas.

En 1987, el Protocolo de Montreal limitó el uso de aerosoles, uno de los grandes responsables de las emisiones de clorofluorocarbonos.

También ayer, fuentes científicas en Viena señalaron que las radiaciones ultravioletas (UV) de esta primavera en el hemisferio norte pueden alcanzar niveles propios del verano por la destrucción sin precedentes de la capa de ozono en el Ártico.

"Es la mayor pérdida de ozono en el hemisferio norte desde que se tienen registros", explicó en rueda de prensa Markus Rex, investigador de la atmósfera del instituto alemán Alfred Wegener.

"La mayor reducción registrada hasta ahora se produjo a mediados de los años 90 y fue del 30 por ciento", precisó Geir Braathen, científico de la OMM.

El organismo de la ONU difundió los datos sobre la capa de ozono en el marco del congreso anual de la Unión Europea de Geociencia (UEG), que se celebra hasta el próximo viernes.

Al contrario que el agujero en la capa de ozono en la Antártida, "la degradación del ozono en el Ártico puede afectar a zonas ampliamente pobladas", afirmó Rex. Eso depende del movimiento de las masas de aire pobre en ozono, que se prevé que se desplacen por el hemisferio norte. Hasta ahora, esos desplazamientos han afectado a amplias zonas de Canadá, Rusia central, Escandinavia y China.