Ocho de cada diez españoles se muestran contrarios al retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años, y a siete de cada diez tampoco les gusta que se amplíe en diez años, hasta los veinticinco, el periodo mínimo de cotización sobre el que se va a calcular su pensión.

Así se desprende de la primera encuesta elaborada por el CIS sobre la reforma de las pensiones, que es calificada con un cero (en una escala del cero a diez) por más de una cuarta parte de los encuestados.

El barómetro de marzo vuelve por otra parte a situar el paro como el principal problema para el 81,8 por ciento de los ciudadanos, y confirma su pesimismo sobre la evolución económica, "mala" o "muy mala" en opinión del 79,5 por ciento.

Los dos cambios principales para el sistema de pensiones acordados entre el Gobierno y los agentes sociales son mal vistos por la mayoría de los ciudadanos.

Así, el 79,4 por ciento está en contra de retrasar la jubilación (el 58,8 por ciento no está "nada de acuerdo" y el 20,6 por ciento está "poco de acuerdo"), mientras que el 69,2 por ciento rechaza elevar el periodo mínimo de cotización a 25 años (el 45 por ciento no está "nada de acuerdo" y el 24,2 por ciento está "poco de acuerdo").

Por el contrario, ven con buenos ojos otros aspectos, de modo que más del 80 por ciento está de acuerdo con que se reconozcan nueve meses de cotización por hijo y el 76 por ciento celebra que se admitan las prácticas de los becarios como periodo cotizado hasta un máximo de dos años.

Frente a la urgencia que según el Gobierno requería la reforma, sólo el 20,5 por ciento considera que había que hacerla y hay un 15,3 por ciento que cree que no era necesaria porque el sistema no corría realmente peligro.

Mientras, casi la mitad (46,9 por ciento) cree que los cambios decididos no resuelven los problemas del sistema, que reaparecerá en los próximos años.

El acuerdo sobre las pensiones tampoco ha ayudado a la imagen de sus firmantes: para el 49 % ha empeorado su opinión sobre el Gobierno, y el 46,8 % también tiene peor imagen de los sindicatos, mientras que la de los empresarios se mantiene para un 48,4 por ciento.

La reforma recibe un suspenso para el 66,4 % de los encuestados -con calificaciones entre cero y cuatro en una escala del cero al diez- y el muy deficiente, es decir, el cero absoluto, se lo dan el 26,5 % de los ciudadanos. Sólo un 5 % de los encuestados le dan una matrícula de honor al otorgarle diez puntos.

El barómetro de marzo mantiene por otra parte el desempleo como la principal preocupación de los españoles.

Así lo consideran el 81,8 por ciento de los ciudadanos, aunque desciende algo sobre el récord de febrero (el 83,9 por ciento), y el paro también supone el problema que más les afecta personalmente en el 42,9 % de los casos.

Además, el 79,5 por ciento cree que la situación económica es "mala o muy mala".

Hay más pesimismo de cara al futuro, porque son más los que piensan que empeorará (el 31 por ciento frente al 30,5 de febrero) y menos lo que creen que irá a mejor dentro de un año (el 18,8 por ciento frente al 20 por ciento). Para el 42,7 por ciento la economía seguirá igual.

La cuarta preocupación de los ciudadanos es la inmigración (10,4 por ciento) seguida del epígrafe "Gobierno, los políticos y los partidos" (7,1 por ciento).

Baja un puesto el terrorismo, hasta el séptimo lugar (5,7 por ciento) y entran en la tabla con un porcentaje insignificante, muy próximo al cero (0,2 por ciento), dos recientes novedades normativas, la Ley Antitabaco y la bajada del límite de velocidad a 110 kilómetros por hora en autopistas.

El CIS ha publicado otra encuesta con motivo del Año Europeo del Voluntariado, que muestra poca disposición de los españoles en este ámbito: el 65 por ciento admite no haberse planteado nunca hacer proyectos o actividades de trabajo voluntario.