Técnicos del Ayuntamiento de Barcelona y del Museo de Granollers han instalado hoy una veintena de nidos comunitarios para murciélagos en cuatro parques de la ciudad con el objetivo de que no se vayan de la metrópoli, donde cada vez tienen más dificultades para encontrar grietas en los edificios.

Según han explicado fuentes municipales, la presencia de murciélagos en la ciudad es muy beneficiosa porque se alimentan de insectos, especialmente de mosquitos, y de las orugas de la procesionaria de los pinos, por lo que actúan como coadyuvantes en la lucha contra esta enfermedad de los árboles.

Los nidos son cilindros pintados de negro con rugosidades en su interior para que se puedan colgar y tienen una capacidad para acoger entre 20 y 40 murciélagos cada uno.

Los nidos-cilindro se han instalado -cinco en cada uno- en los parques del Guinardó, de la Creueta del Coll, de Montjuïc y en el parque de la Oreneta, colgados a entre 4 y 5 metros del suelo.

Los cilindros tienen una piedra que tapa parcialmente su diámetro para impedir la entrada de otros animales y salvaguardar la intimidad de estos pequeños quirópteros, de los que en Barcelona habitan cinco especies distintas.

Esta iniciativa, impulsada por el Museo de Granollers (Barcelona), también se está llevando a cabo en las ciudades barcelonesas de L''Hospitalet de Llobregat y Viladecans, y está previsto extenderla a otras ciudades.

La proliferación de construcciones modernas, con hormigón y cristal, que no permiten aberturas o grietas, están provocando que las colonias de murciélagos busquen sus refugios fuera de la ciudad.

La instalación de los nidos, que se han colocado orientados al sol para que reciban insolación durante los meses de hibernación, también permitirá a los especialistas hacer estudios cuantitativos y cualitativos sobre las colonias de murciélagos.