El viaje que el príncipe Laurent hizo a la República Democrática del Congo desoyendo los consejos del Gobierno y otros desplazamientos suyos a Libia que han salido a la luz esta semana han abierto el debate en Bélgica sobre la necesidad de un código deontológico para la Casa Real.

El último escándalo protagonizado por el hijo menor de Alberto II, el miembros más polémico de la familia real belga, ha conseguido que tanto partidos políticos como la prensa del país comiencen a preguntarse si no será necesario elaborar unas normas de buena conducta para la monarquía.

Un editorial del diario francófono "Le Soir" advierte hoy de que si el príncipe Laurent no cambia de actitud podría ser necesario elaborar unas directrices que establezcan lo que los miembros de la Casa Real pueden o no hacer y que prevean sanciones en caso de su incumplimiento.

Los escándalos del príncipe Laurent, que alimenta más que ningún otro miembro de la familia real los argumentos de los detractores de la monarquía, reabren periódicamente el debate sobre la financiación de la Casa Real.

En los últimos días, varios partidos políticos (sobre todo los nacionalistas flamencos) han aprovechado esta nueva polémica para pedir la revisión del presupuesto anual que se destina a cada miembro de la familia real belga.

La indignación por la última imprudencia cometida por el príncipe crece cada día, conforme se conocen más detalles sobre su viaje a la República Democrática del Congo.

La prensa belga revela hoy que durante la visita, que el Gobierno había desaconsejado por la proximidad de las elecciones presidenciales en el país, Laurent se reunió con el presidente Joseph Kabila, quien financió las noches de hotel del príncipe y su delegación, y su viaje entre París y Kinshasa.

También ha salido a la luz que el príncipe realizó entre 2008 y 2010 distintos viajes a Libia, donde se reunió con uno de los hijos de Muamar al Gadafi, desplazamientos que formaron parte de las actividades de su fundación privada "la Grect", que tiene por objeto apoyar proyectos relacionados con el desarrollo sostenible.

El hecho de viajar por el mundo para defender sus intereses como presidente de una fundación privada, disfrutando a la vez de una dotación financiera pública desde 2001, plantea problemas, según el diario "Le Soir".

Por su parte, el diario "La Derniere Heure" explica que la acumulación de errores o imprudencias cometidas por Laurent "vuelven a poner sobre la mesa la cuestión de las dotaciones financieras de los príncipes. El primer ministro se dice favorable a una reforma del sistema, lo mismo que el NV-A, que incluso ha recordado que ha propuesto ponerles fin".

La dotación para la Casa Real para este año votada por el Parlamento es de 10,67 millones de euros para el rey Alberto II, 936.000 para el príncipe heredero (Felipe) y 300.000 para cada uno de los príncipes Astrid y Laurent.

El príncipe Laurent, de 47 años, se ha visto envuelto en el pasado en numerosos escándalos, desde su implicación indirecta en un caso sobre el desvío de fondos de la Marina belga, hasta la retirada hace unos meses de su permiso de conducir, por hacerlo con exceso de velocidad por las calles de Bruselas, una infracción por la que ha sido sancionado ya varias veces.