El título del último curso impartido en Tenerife conjuntamente por la Universidad Internacional Menendez Pelayo (UIMP) y el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC), "Muerte, morir, duelo y esperanza" resultaba llamativo por lo violento de la temática y, en cambio, ha resultado interesante, interactivo, práctico y esperanzador.

El catedrático de la Facultad de Teología del Norte de España, José Luis Cabria, ha participado activamente en este encuentro, impartiendo tres ponencias en el encuentro que se clausura hoy.

El pasado martes disertó sobre "¿Cómo enfrentar la realidad de la muerte?", donde profundizó en torno al hecho del momento final de la vida y manifestó que solo se acepta la muerte con amor.

"El amor va a ser la clave para aceptar la muerte", indicó el teólogo, quien explicó que el ser humano se enfrenta mejor al final de su vida si ama y si es amado.

Asimismo, expuso que la muerte se presenta en la sociedad actual como un tabú que, en la mayoría de los casos "es eludido en todo tipo de ámbito y solo lo acogemos cuando nos toca de cerca, por ejemplo, ante el óbito de un familiar o un amigo".

Otros ponentes que han acompañado a Cabria en el citado curso han sido el profesor de la Universidad de Deusto (Bilbao), Juan Luis de León, que disertó sobre "Antropologías culturales sobre la muerte", así como la doctora especialista en Geriatría y Gerontología Judith Mateo, que se acercó a "La vejez y la muerte. El anciano ante el final de su vida".

Para Cabria, "la palabra muerte nos suena muy fuerte y empleamos sinónimos que pretenden "suavizarla, como expiración, fallecimiento, defunción, óbito, deceso, desenlace final, descanso, partida, desaparición, tránsito, fin, sueño eterno o último viaje, pero, se la llame como se la llame, la realidad nos recuerda que la muerte es cesar de vivir, y que morir es llegar al fin de la vida".

En opinión de este experto, "muerte" y "morir" son sinónimos, aunque con matices, porque el segundo hace relación a la acción de llegar al término de la vida, mientras que el primer término expresa el resultado que se alcanza al morir, es decir, la cesación de la vida, la interrupción, suspensión y detención irreversible de todas las funciones vitales.

Argumentó que lo característico de la muerte "es precisamente esa condición de irreversible, por eso, realmente no hay más que un tipo de muerte, aunque se pueda aplicar a otros fenómenos humanos que conllevan la idea de un cesar definitivo y se habla, por ejemplo, de muerte social, muerte psicológica, muerte ecológica o muerte virtual".

Humanizada o no

Respecto a si la muerte está humanizada o no, Cabria precisó que está en vías de humanización, "pero, pese a los esfuerzos realizados, aún queda mucho camino por recorrer para que todas las personas mueran de un modo digno y acorde a su condición de hombre".

Dijo que humanizar el morir "significa que la muerte sea experimentada, aceptada y hasta vivida como algo propio y digno de su condición de persona".

Añadió que humanizar el morir pasa por "vivir en condiciones aceptables esa etapa final, que se atiendan las necesidades físicas, psíquicas, espirituales y emocionales del que está a las puertas de la muerte, y que, a ser posible, el momento del fallecimiento nos encuentre arropados por el cariño y afecto de los nuestros, porque ese momento se convierte en una posibilidad para todos y creo que es un objetivo que todavía está por lograr", tal y como expuso el teólogo.

Ante las actitudes que se muestran para afrontar el "último viaje", Cabria dijo que se dan posicionamientos distintos según la cultura, la religión, la formación o los valores de cada uno. Sin embargo, señaló que entre las más comunes son el olvido, la meditación, el respeto, la rebeldía, la resignación, el silencio, el temor, la aceptación o la esperanza "con la que me gustaría identificarme", matizó.

Por último, dijo que " aceptar la muerte significa prepararse a bien morir, que implica anticiparse al fin que se acerca resolviendo, en la medida de lo posible, los asuntos personales pendientes, y sobre todo, reconciliarse consigo mismo, con los demás, y si se es creyente, con Dios", apostilló.

cercanía

El personal sanitario

Los médicos que han intervenido en el curso han recalcado que el personal sanitario juega un importante papel en los últimos momentos de vida de las personas. La doctora Judith E. Mateo Valerio hizo hincapié en escuhar al paciente para conocer sus necesidades. Esta médico tiene experiencia en atender a pacientes que han decidido morir en su casa. Ahora es la directora de una residencia geriátrica en Valladolid. Destacó que el equipo médico que atiende a los pacientes terminales tienen la misión de humanizar ese trance.

Ayer se abordó el proceso de duelo y el más allá en las distintas religiones, así como la reencarnación, la aniquilación, la resurrección o los ritos funerarios y exequias. Hoy se clausura el curso con "La reflexión cristiana ante la muerte: la escatología cristiana", conferencia de Rubén Fagundo, profesor del ISTIC y Licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

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