Los apicultores de El Rosario están muy preocupados. Tanto, que este sábado tienen previsto reunirse con otros del resto de la Isla para exponer su desazón y buscar medidas. Según su versión, reforzada por una moción del principal grupo de la oposición local (IR-Verdes), las sustancias que el Cabildo emplea para fumigar las vías insulares en el municipio están siendo muy perjudiciales para las abejas, cuya mortandad ha crecido de forma considerable desde hace tiempo.

Ante esta situación, el grupo que lidera Escolástico Gil ha elaborado una propuesta, que se debatirá en el próximo pleno, con el fin de que todas las administraciones competentes declaren una moratoria en el uso de determinados pesticidas y se prohiba las fumigaciones con herbicidas en las cunetas de las carreteras, "pues provocan una gran mortandad de abejas, con pérdidas para los apicultores y riesgo potencial para la salud humana".

En el texto se asegura que el Síndrome del Despoblamiento de las Colmenas "no solo se debe al ácaro llamado varroa o al parásito "Nosema apis", sino que la aceleración de la desaparición de abejas obedece también a la mezcla de agrotóxicos formada por herbicidas, fungicidas e insecticidas que, al combinarse, alcanzan una intensidad incompatible con la vida de estos insectos".

Gil sostiene que los apicultores locales han asistido desde hace tiempo debido a episodios de muerte de abejas "coincidiendo con las actividades de las cuadrillas de mantenimiento de carreteras del Cabildo, que fumigan las orillas de las vías con herbicidas. Por eso, han observado que hay una relación directa entre el momento de la desaparición de los insectos polinizadores y los días de fumigación y siguientes, como ocurrió el pasado mes de enero".

IR-Verdes señala expresamente al uso del glifosato como "principio activo de estos herbicidas (marcas Spasor plus y Raodup, entre otras), que es altamente contaminante y que se traslada a toda la cadena alimentaria y al agua". También a los pesticidas denominados "neonicotinoides o nicotinoides, como el Imidacloprid, el Fipronil o el Thiametoxam (marcas Gaucho, Confidor, Escocet, Regent, entre otras), basados en la nicotina y con efectos neurotóxicos, aplicados a cultivos como la papa y el millo" y que han comenzado a prohibirse en algunos países con el resultado de una recuperación de la apicultura".