Los manifestantes del grupo británico UK Uncut, que protestan con sentadas y otras acciones contra la evasión fiscal de ricos y empresas, han acusado a la Policía de Londres de haberles tendido una trampa.

Los activistas afirman que un inspector jefe de la Policía aseguró a los activistas que ocuparon el sábado la famosa tienda de ''delicatessen'' Fortnum and Mason, en el lujoso barrio de Mayfair, que les dejarían salir sin problemas tras la protesta.

Sin embargo, cuando, a requerimiento de las fuerzas del orden, los manifestantes abandonaron el local, la Policía los detuvo y les puso las esposas.

Un vídeo realizado por un grupo de voluntarios muestra en efecto a una mujer policía que les dice a los manifestantes que se había producido un atentado contra el orden público fuera y no dentro del establecimiento y que los retenían en el interior del local para que no terminasen involucrados en el alboroto exterior.

Otro funcionario aseguró a los manifestantes que no detendrían a nadie si abandonaban pacíficamente el establecimiento.

Varios de los detenidos, que no utilizaron tácticas violentas para expresar su protesta, se quejaron de que la Policía les había quitado los teléfonos móviles para utilizarlos como pruebas contra ellos.

Una observadora legal de la acción de protesta, Jules Martin, citada hoy por el diario The Guardian, afirma que los manifestantes en ningún momento se enfrentaron a los clientes del establecimiento.

Durante la jornada de manifestación del sábado contra los recortes del Gobierno en los servicios públicos, organizada por los sindicatos y en la que participaron pacíficamente unas doscientas mil personas, la Policía efectuó 201 detenciones entre pequeños grupos violentos que, totalmente al margen de aquélla, atacaron tiendas, bancos y hoteles.