La OTAN decidió ayer, domingo, hacerse cargo de las operaciones de protección de la población civil libia, lo que implica la dirección de los ataques contra objetivos terrestres, según anunció un funcionario de la organización.

Los 28 miembros de la Alianza cerraron un acuerdo para que la OTAN "implemente todos los aspectos de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a los civiles y las zonas pobladas de las amenazas de ataques por parte del régimen de (Muamar al) Gadafi", explicó la fuente.

La decisión, acordada por los embajadores de los países miembros de la organización, supone que la Alianza Atlántica controlará todas las operaciones militares en torno a Libia.

La OTAN ya pactó el pasado jueves hacerse cargo del mantenimiento de la zona de exclusión aérea, y ya antes había acordado vigilar con una operación naval el cumplimiento del embargo de armas, también por mandato de Naciones Unidas.

Hasta ahora la vigilancia de la zona de exclusión aérea y la protección de la población civil ha estado a cargo de una coalición de países voluntarios encabezada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos.

El teniente general Charles Bouchard, de la Fuerza Aérea canadiense, será el responsable de las operaciones de la OTAN en Libia.

Bouchard es actualmente el jefe adjunto del Mando Aliado Conjunto de Nápoles (Italia), desde donde se dirigen las acciones en el país norteafricano.

Bombardeo sobre Trípoli

Mientras, un intenso bombardeo comenzó ayer al caer la noche sobre Trípoli y la ciudad portuaria de Sirte, informó la agencia estatal libia Jana, que aseguró que los blancos de los aviones de la coalición eran civiles y militares.

Previamente, Al Yazira anunció dos fuertes explosiones en Sirte, la ciudad natal del líder libio, Muamar el Gadafi, y feudo tribal del dirigente libio, próximo objetivo de los rebeldes sobre el que pretenden caer este lunes.

Los milicianos han detenido su avance en Ben Yauad, a medio camino entre Sirte y Ras Lanuf, el enclave petrolero que ayer cayó en sus manos, a la espera de los bombardeos aéreos.

Los rebeldes libios que tienen bajo su control Ben Yauad, a medio camino entre el enclave petrolero de Ras Lanuf y Sirte, el feudo natal de Muamar al Gadafi, han desviado su incursión hacia el suroeste por la localidad de Naufaliya, unos 147 kilómetros al sureste de su objetivo costero.

El sábado los rebeldes tomaban Adjabiya y Brega y ayer el ejército de Gadafi se vio obligado a abandonar Bin Jawad. El repliegue del dictador al este de Libia contrasta con la intensidad de sus ataques a la ciudad de Misrata, único bastión rebelde al oeste del país. Por su parte, los opositores al régimen han asegurado que Qatar se ha ofrecido a comprar el petróleo libio que sea extraído en las instalaciones que controlan los opositores al régimen.

Sin embargo, no todas son buenas noticias para los sublevados, porque este domingo Gadafi reanudó su ofensiva contra la ciudad de Misrata, la única al oeste del país controlada por los rebeldes. El Ejército del régimen estaría empleando carros de combate, morteros y armas ligeras en el ataque. "Durante todo el día hemos podido escuchar los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas de Gadafi en la zona de la calle Trípoli, en el centro de la ciudad", señala el portavoz rebelde, identificado como Sami.

Por otra parte, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, afirma que su país espera poner fin a su misión militar en Libia en la semana próxima para pasar a estudiar con otros países cómo desalojar del poder al líder libio, Muamar al Gadafi, comenzando por la conferencia sobre Libia que se celebrará mañana, martes, en Londres.

"Su capacidad para desplazar vehículos acorazados, para avanzar hacia Benghazi o un lugar similar ha sido absolutamente eliminada", afirma Gates.

Además, Italia y Alemania preparan una propuesta de alto el fuego para Libia en la que además incluyen el establecimiento de un "corredor humanitario permanente" y contemplan la posibildad del exilio del líder libio, Muamar al Gadafi.