La Policía británica informó ayer, domingo, de que 214 personas fueron detenidas el sábado y que otras 66 resultaron heridas en los incidentes ocurridos tras la manifestación que se celebró en Londres para protestar contra las medidas de austeridad del Gobierno.

Los 214 detenidos lo fueron por alterar el orden público, mientras que de los 66 heridos, la mayoría de ellos leves, 31 eran agentes de Policía, de los que once miembros de los cuerpos de seguridad debieron ser hospitalizados.

Más de 250.000 personas se manifestaron contra los recortes en el sector público anunciados por el Gobierno de David Cameron, en la mayor protesta convocada en la capital británica desde la marcha que se celebró en el año 2003 contra la guerra de Irak.

La confederación sindical británica Trade Union Congress (TUC, siglas en inglés) organizó la manifestación, que empezó antes del mediodía, de manera pacífica, en la zona de Embankment, sobre el río Támesis, y marchó hasta Hyde Park.

Sin embargo, un grupo minoritario, conformado por unas 500 personas, se apartó de la manifestación y marchó por su cuenta hacia la céntrica calle Oxford Street, donde se enfrentó con agentes de Policía, mientras que algunos arrojaron pintura contra tiendas y sucursales bancarias que encontraban a su paso.

Además, hubo forcejeos entre manifestantes y policías ante la tienda Fortnum & Mason, famosa por vender el tradicional té inglés, donde varios jóvenes accedieron al tejado de la marquesina.

También hubo forcejeos entre manifestantes y la Policía en la céntrica plaza de Trafalgar y en la calle Piccadilly algunos integrantes de este grupo minoritario prendieron fuego a maderas.

Maestros, enfermeras, miembros del Servicio Nacional de Salud (NHS, siglas en inglés), trabajadores de ayuntamientos y otros empleados del sector público se unieron a estudiantes y jubilados en la protesta contra las medidas de austeridad del Gobierno de Cameron.

Vandalismo

Los participantes procedían de distintos puntos del país, por lo que las fuerzas del orden dispusieron en las calles de Londres a unos 4.500 agentes de policía para mantener el orden en el dispositivo montado para garantizar la seguridad en la masiva manifestación.

El comandante Bob Broadhurst de la Policía Metropolitana de Londres, a cargo del operativo de seguridad del sábado, dijo ayer a los medios británicos que sus agentes tuvieron que lidiar con un grupo de "gamberros" en la plaza de Trafalgar.

"Este ha sido un acto de vandalismo sin sentido, gamberrismo, no tenía nada que ver con la protesta", agregó el responsable policial.