Los rebeldes libios tomaron hoy Sirte, la ciudad natal de Muamar al Gadafi, a medio camino entre Bengasi y Trípoli, informaron fuentes de los revolucionarios.

"Hemos tomado Sirte gracias a dios", dijo uno de los rebeldes de Bengasi, que se identificó como Salah.

Tras el anuncio de la toma de Sirte, se pudieron escuchar esta madrugada en Bengasi el sonido de disparos al aire y de cohetes por parte de los rebeldes para celebrarlo.

Por el momento no hay confirmación independiente de la caída del último bastión gadafista antes de Trípoli, pero la agencia Jana informó de los bombardeos esta noche en Sirte y en Trípoli, que, como esperaban los rebeldes, pretendían facilitar su ofensiva sobre la ciudad portuaria.

La agencia estatal libia aseguró que los blancos de los aviones de la coalición eran civiles y militares.

Los milicianos alcanzaron ayer en su imparable avance Ben Yauad, a medio camino entre Sirte y Ras Lanuf, el enclave petrolero que cayó en sus manos al igual que Briga, otro importante pueblo petrolero.

Los rebeldes libios desviaron ayer su incursión hacia Sirte por el suroeste a través de la localidad Naufaliya, a unos 147 kilómetros de la ciudad considerada el feudo tribal de Gadafi, aunque según los rebeldes hay escisiones entre ellos.

El enorme impulso de la ofensiva rebelde les ha permitido recorrer más de 450 kilómetros desde que partieron de Bengasi el sábado, con la ayuda de la aviación internacional, que anuló la capacidad defensiva de los gadafistas y estos tuvieron que retirarse en desbandada.

Sirte, situada a unos 450 kilómetros el este de Trípoli y donde Gadafi acostumbraba a recibir y agasajar a sus huéspedes preferidos, está considerado uno de sus principales feudos tribales y puede decantar la suerte de un régimen que dura más de 41 años.

Sede de algunos departamentos ministeriales, con un majestuoso centro de convenciones donde Gadafi celebraba sus devaneos como líder regional panárabe con aspiraciones continentales, aloja también importantes depósitos de armamento.