Solo habían pasado dos días desde que el primer ministro en funciones de Portugal, José Sócrates, dimitiera ante el rechazo del Parlamento portugués al cuarto plan de ajuste del Gobierno, pero las dudas ya estaban pasando factura ayer al país luso.

Ante la situación generada por la situación económica, que parece que no acaba de arrancar, y la incertidumbre que deja el puesto vacío, los mercados dan por hecho que Lisboa acabará solicitando la ayuda de sus socios. Sin embargo, Sócrates se resiste y advirtió ayer de que la caída de Portugal aumentaría los riesgos para "otros países", aunque no citó expresamente a España. Un día después de que la agencia de calificación Fitch situara la nota portuguesa en "A-", S&P se sumó a la rebaja del "rating" dos escalones por debajo de la anterior calificación al país luso, al que mantienen la vigilancia negativa.

Pese a que todo apunta a lo contrario, Sócrates insiste en que Lisboa no pedirá ayuda del fondo de rescate de la UE para hacer frente a sus problemas de deuda. El primer ministro luso en funciones dimitió el miércoles después de que el Parlamento rechazara su último plan de ajuste por la crisis económica que atraviesa el país, que contaba con el aval de la UE.

"Portugal no necesita acudir al fondo de rescate. Voy a mantener la misma determinación en la defensa de mi país para que esto no se produzca", dijo Sócrates en rueda de prensa al término del Consejo Europeo de primavera, dominado por la situación de Portugal. "Yo sé lo que significa, sé lo que significó para los griegos y los irlandeses, y no deseo eso para mi país", explicó.

"La idea de que se defendería mejor a Europa si Portugal pide ayuda externa es una idea infantil. Porque todos saben que eso perjudicará al prestigio de Europa, a la moneda única y lo peor es que, si Portugal cayese, ello significaría que aumentarían los riesgos para otros países", avisó.

Además, aseguró que Portugal cumplirá los compromisos de reducción del déficit para 2011. La UE pide a Lisboa que reduzca el déficit público del 4,6% del PIB en 2011, 3% en 2012 y 2% en 2013.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aseguró ayer que no espera que el país luso pida ayuda a la UE. "La situación en Portugal es muy complicada. Pero nada sugiere que Portugal vaya a presentar una petición a corto plazo", afirmado Juncker en una entrevista a la radio alemana Deutschlandfunk.

"No nos corresponde a nosotros pedir a Portugal que solicite ayuda, eso corresponde al Gobierno portugués", sentenció el también primer ministro luxemburgués. El propio Juncker dijo el jueves que no descartaba que Lisboa pidiera activar el rescate y cifró la ayuda necesaria en 75.000 millones de euros.