El buque de vigilancia litoral "Naiguatá" de la Armada de Venezuela arribó el domingo al puerto capitalino para hacer una escala técnica procedente de Cádiz, (donde fue construido por los astilleros de Navantia) y con destino a Venezuela.

El navío fue recibido en el puerto tinerfeño por el cónsul general de la República Bolivariana de Venezuela, David Nieves Banchs, y una representación de trabajadores y funcionarios diplomáticos consulares. Al frente del barco está el capitán de navío Emilio Lamberto Biasuto, quien recibió de manos del cónsul general una placa conmemorativa de este primer puerto de escala antes de recalar en su destino final de Venezuela, donde se tiene previsto realizar en próxima fechas un acto formal de incorporación a las tareas de la Armada venezolana.

El "Naiguatá" fue entregado oficialmente el 1 de febrero en las instalaciones de Navantia en San Fernando (Cádiz), terminando también con dicho acto el proceso de formación y adiestramiento, tanto en tierra como a bordo, de los cuarenta y cuatro hombres y mujeres que conforman su dotación.

Última tecnología

El buque de vigilancia litoral AB "Naiguatá" (GC-23) cuenta con la última tecnología en sus equipos y sistemas, y es producto del acuerdo entre Venezuela y España, siendo el tercero que es recibido tras otros buques del mismo tipo como el "Guaicamacuto" y el "Yavire", que de igual forma recalaron en el puerto tinerfeño.

El "Naiguatá" -de 80 metros de eslora y 11,5 de manga- puede alcanzar una velocidad máxima de 22 nudos y un desplazamiento de 1.453 toneladas. El buque lleva como nombre "Naiguatá" en honor de uno de los grandes caciques de la familia Caribe, quien ejerció su dominio a lo largo de una extensa zona costera que partía del río Anare, y hasta las costas de Anzoátegui de lo que hoy se conoce como Puerto la Cruz. El cacique Naiguatá tuvo como huéspedes a los soldados del capitán Rodríguez Suárez y uno de ellos, queriendo lucir sus dotes de cazador, hirió de muerte a una gaviota, hecho que indignó a Naiguatá, que exigió la ejecución del agresor y no consiguiendo tal solicitud con Rodríguez Suárez, tomó por asalto el campamento de los soldados y sometió a sentencia al inculpado. Al momento de dar muerte al reo, una bandada de gaviotas hizo acto de presencia, interpretando Naiguatá como el perdón de las aves hacia el agresor, dejándolo ir libre.

Naiguatá fue uno de los caciques que se opusieron a la colonización española a mediados del siglo XVI, y también lleva su nombre un cerro de 2.765 metros de altitud, uno de los picos más elevados de la cordillera de la costa, y a cuyas faldas se asienta Caracas.