Los hititas orientaban sus templos hacia la salida y la puesta del Sol, probablemente en honor de la diosa Solar de Arinna, protectora en las batallas para ese pueblo que habitó en el centro de lo que en la actualidad es Turquía y que entre los siglos XIX y XIII antes de Cristo fue rival del Imperio egipcio.

Así lo ha manifestado en una entrevista el investigador Ramón y Cajal del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) César González, quien explicó que esa afirmación es el resultado de un estudio de arqueoastronomía realizado en más de 70 monumentos del reino hitita.

El estudio aparecerá en el número de noviembre del Journal for the History of Astronomy y lo firma junto a Juan Antonio Belmonte, también del IAC.

Los hititas ocuparon gran parte de la península de Anatolia y se expandieron por el norte de Oriente Próximo y su rivalidad con el Imperio egipcio se produjo en lo que en la actualidad es Siria y el norte de Israel.

César González explicó que hasta ahora no se había estudiado si los hititas, al igual que sucede con otros pueblos contemporáneos, seguían de alguna manera los movimientos del Sol y la Luna y si los incorporaban a su religión politeista.

La religión del pueblo hitita tiene un fuerte componente astral pues, entre otras, una de sus deidades principales es la diosa Solar de Arinna, indicó César González, quien añadió que lo que no se había estudiado hasta ahora era la orientación de los monumentos y su relación con los rituales hititas.

Los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias que han estudiado el calendario de festivales del pueblo hitita han encontrado evidencias de que este pueblo seguía las lunas para fechar los meses y los años.

Una de las claves la da la orientación que tienen los templos hititas, y los investigadores han encontrado que la mayoría se pueden explicar por los movimientos del Sol en determinadas épocas del año.

La mayor parte de los templos están orientados de forma que miran hacia la puesta o salida del Sol en el solsticio de invierno, en los días más cortos del año, cuando la estrella solar menos se eleva en el cielo.

Dado que son templos y tienen un fuerte componente ritual es muy sugerente que su orientación fuese para seguir a su diosa principal durante esos días, en los que los hititas tenían dos festivales muy importantes, uno de los cuales relacionado con la llegada del invierno y el otro con el cambio de rey, comentó César González.

Además, otro grupo de templos hititas estudiados tienen una orientación este-oeste, o sea, salida y puesta del Sol en ambos equinoccios, periodos en los que tenían lugar los dos grandes festivales de este pueblo, en primavera tal vez relacionado con su año nuevo y en verano, en relación con las cosechas.