Los bosques españoles se han duplicado en los últimos cien años, aunque "hace falta" una buena gestión de la superficie forestal para hacer frente al aumento del riesgo de incendios debido a ese crecimiento, según explicó el subdirector general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), Enrique Rojas.

Durante la presentación del Año Internacional de los Bosques, el también máximo responsable del departamento forestal de este organismo, señaló que España ha aumentado su superficie forestal "muchísimo", unos 1,7 millones de hectáreas en los últimos 10 años.

Así, precisó que este incremento supone una ampliación del 15 por ciento de la superficie forestal en los últimos 40 o 50 años y añadió que este crecimiento se ha producido principalmente "gracias" a las repoblaciones efectuadas en las décadas de los 40 a los 70 del siglo pasado y a la reciente política de reforestación de tierras agrarias y a la expansión "espontánea" de muchos bosques de montaña.

"Esto se puede comprobar con fotos históricas, pero también supone un mayor riesgo de incendios, por eso hace falta gestionar bien para que la expansión se realice de forma razonable", acotó.

En este sentido, detalló que el aumento de los bosques se debe en parte al hundimiento del medio rural, algo que, a su juicio, es en un principio positivo pero a partir de cierto momento el aumento de los bosques puede llegar a suponer un problema opuesto. Por este motivo, insistió en que el "reto" es el uso de la biomasa en España y en otros países.

En todo caso, explicó que los bosques del mundo, que cubren el 31 por ciento de la superficie terrestre, "reciben poca atención" en general, por lo que son "vulnerables" debido a daños recientes de reforestación o histórica, como en España, donde este fenómeno se viene produciendo desde hace unos 3.000 años.

Rojas valoró también que la restauración de la masa forestal es "muy costosa" y que requiere de enormes recursos, al tiempo que manifestó que es políticamente "poco rentable" ya que los resultados de una buena gestión se ven a largo plazo. Por eso, manifestó que "la única opción" es reforzar los músculos de la atención social para que, alcanzada una buena situación social, los bosques adquieran la prioridad política que requieren porque los países menos desarrollados, generalmente son los que más deforestan.

Entre otro de los datos positivos, apuntó que en los últimos 10 años la deforestación se ha reducido en un 37 por ciento, con actuaciones como la China, que ha recuperado 5 millones de hectáreas.