Segundos antes de agarrar con sus manos el bronce que reconocía el mejor diseño de vestuario durante la gala del pasado domingo de los Premios Goya, Tatiana Hernández (Santa Cruz, 1968) se acordaba en su lista de agradecimientos de sus "niñas". Su acento canario se sintió con fuerza en el Teatro Real de Madrid en el instante en el que resumió el trabajo que realizó en "Lope", película dirigida por el brasileño Andrucha Waddington en la que tuvo que vestir a Luis Tosar, Leonor Watling, Juan Diego, Pilar López de Ayala, y al galán Alberto Ammann, entre otros intérpretes. "Desde el momento que escuché que era la ganadora vivo en una nebulosa", dice la figurinista santacrucera.

¿Lo de sus "niñas" no lo tenía programado?

No, yo habló así... Soy canaria y mi acento no ha desaparecido. Acabo de ser madre y, además de agradecer en público la confianza que depositaron en mí para desarrollar este proyecto, desde que me enteré que estaba nominada quise que mis niñas vivieran muy intensamente lo feliz que se encontraba su mamá.

¿Estaba preparada para ganar?

Para alegrías así nunca estás preparada. Estar nominada ya era un sueño. He querido disfrutar todo el proceso a mi ritmo. Sin demasiada euforia, pero con la certeza de que estaba viviendo una de las experiencias laborales más bonitas. Este premio te hace ser un poco más visible en un sector difícil.

¿Qué sintió al oír su nombre?

Me quedé paralizada... Me faltaban frases y, por unos segundos, pensé ¿Y ahora qué digo? Tendría que partir el Goya en muchos trocitos para agradecer tantas ayudas.

Noches como las del domingo sirven para premiar a profesionales de la industria del cine que habitualmente no cuentan con una gran repercusión mediática, pero que son fundamentales en su organigrama.

El cine es una industria jerárquica en la que mucha gente tiene que dar un paso atrás y esperar que un día se haga realidad su sueño. Yo sé dónde está mi espacio e intento disfrutar mucho en él. No me salgo de él para evitar problemas, pero sí que soy una mujer ambiciosa a la que le gusta aprender cosas nuevas y conquistar nuevos territorios pasito a pasito.

¿Usted tuvo que hacer las maletas para buscar su oportunidad lejos de las Islas?

Hay que diferenciar sentimientos y trabajo. Tenerife está en mi corazón y vuelvo a esa tierra todas las veces que puedo, pero sé que mis prioridades laborales están muy lejos de mi isla. No se trata de estar cómoda, sino de poder participar en grandes retos profesionales. En ese sentido, si algún día tengo que dejar España para trabajar en una producción internacional lo haré. Hace poco participé en un rodaje en Canarias con Juan Carlos Fresnadillo y me sentí feliz por estar en casa, pero en este mundo debes dejarte llevar porque un día se acaban las oportunidades.

Para tener el primer Goya en su casa tuvo que competir con el canario Paco Delgado ("Balada triste de trompeta"). Copar el 50% de los nominados al mejor

vestuario es un éxito a tener en cuenta, ¿No?

Cuando me sentí ganadora tuve un recuerdo para él. Paco Delgado es un buen amigo y de alguna manera no me gustó que perdiera un premio que él también se merecía. La última gala de los Goya mostró el talento que hay en Canarias con un montón de nominados. Si existió en algún momento, que yo lo dudo, la vieja teoría de que los canarios somos unos "aplatanados" y poco competitivos ha pasado a mejor vida desde hace mucho tiempo. En las Islas hay tanto o más talento que en cualquier otro punto de la geografía española.

¿Una curiosidad... Al diseñar un vestuario piensa en los actores que lo tienen que llevar?

Eso se estudia a medida que se va cerrando el "cásting". En "Lope", por ejemplo, la llegada de Alberto Ammann no se confirmó hasta el final... Recuerdo que pensé ¡Dios mío, voy a vestir a ese hombre tan guapo! Siempre hay que adaptarse a una escena en concreto. Si la actriz debe montar a caballo, si un personaje tiene que rodar por los suelos, si surge una pelea... Vestir a Pilar López de Ayala y a Leonor Watling es muy fácil porque cualquier diseño que hagas queda bien en medio de tanta belleza. El trabajo de un diseñador cobra más valor si los actores y las actrices lo saben lucir.

¿Y después del Goya?

Acabo de ser madre y estoy disfrutando de la maternidad. Tengo varios proyectos en marcha, pero hay que ir despacio. El cine es bastante absorbente y me siento bien en él, aunque me gustaría volver a diseñar para el teatro y la ópera.

Creadora de bocetos para grandes directores

Tatiana Hernández se marchó a estudiar a Madrid cuando cumplió los diecisiete años, aunque siempre ha mirado de reojo a la Isla de Tenerife. "Cada vez que me he quedado sin salidas en la Península, he buscado cosas en casa", admite en referencia a los trabajos que ha desarrollado en otros campos del diseño como la publicidad. Considerada como uno de los talentos mejor valorados de la industria del cine, además de "Lope", Tatiana Hernández participó en el diseño del vestuario de las películas "Óscar. Una pasión surrealista" (Lucas Fernández, 2008), "La vida secreta de las palabras" (Isabel Coixet, 2005), "El juego de la verdad" (Álvaro Fernández Armero, 2004), "Incautos" (Miguel Bardem, 2004), "La gran aventura de Mortadelo y Filemón" (Javier Fesser, 2003), "Noche de Reyes" (Miguel Bardem, 2001), "Intacto" (Juan Carlos Fresnadillo, 2001) y "Esposados" (Juan Carlos Fres nadillo, 1996), un proyecto que estuvo nominado a los Oscar. "Me gusta hurgar en las cabezas de los directores y experimentar con mis diseños, siempre con unas limitaciones que yo misma me autoimpongo. He tenido la fortuna de trabajar con buenos creadores y de todos he aprendido algo nuevo. De alguna manera, el Goya que me acaban de dar también les pertenece a ellos", dice la tinerfeña.