Diablos Locos celebró la noche del pasado sábado su gala. Tanto en su fantasía como en su repertorio se mantienen aunque no logren premio. El pasado año parecían merecedores del segundo, de haber ganado Bambones, pero no mojaron. Aún así, ellos son trónicos.

En el teatro Guimerá, y tras la salutación de Dinio, componente de Diablo, Manón Marichal -transformada en diabla loca- demostró ingenio, buen humor. Es un crack el padre de la Canción de la Risa.

Abrieron las actuaciones la infantil Distraídos, en la que destacó su director tan joven y avispado a la vez. En "Pito, pito, gorgorito, donde voy a jugar un ratito", hicieron un recorrido por la ciudad, sin encontrar un buen sitio adaptado para jugar. Siguió Pepe Benavente, la comparsa Tabajaras y Eclipse Reggae. Luego, los componentes de la murga Juan y Goyco, con sus monólogos. Y por último, Sara Sofía, la Celia Cruz de Tenerife, que canto un tema house.

Luego, llegó lo más esperado de la noche: Diablos Locos, que entraron al son de "Había una vez, un circo", con Maxi Carvajal, "El Canilla", disfrazado de Gabi, que llamó a los "payasos del circo". El director entregó a cada miembro de la murga una estatuilla de Tom Carby, réplica de la que está a tamaño natural en la plaza de la Cuesta de Piedra. "El Canilla" recordó que su hijo tomaba la alternativa -ya es miembro de la fila- en el mismo sitio que él lo hizo de manos de su padre, en 1981, allí en el teatro Guimerá. Y bromeó desde el escenario al patio de butacas, donde estaba su hermana Lali, recordándole cuando su padre la presentaba de reina infantil durante siete años, y nunca ganó.

Tras la entrega del Trónico de Plata a "Dinio" por su ayuda a la murga, se entregó otro Trónico a "Oché", que hace dos años cumplió sus bodas de plata en la murga. Y desgranaron su repertorio.

El primero, la "Sopa de letras". La murga comenzó nerviosa, pero luego encarrilaron la actuación. Hacen como en el pasatiempo. Dan la descripción para adivinar de quién hablan (desgranan así la educación, el Carnaval, Miguel Zerolo y el "caso Bragasgate"). Siguen con "Los Canteritos". Responden a Serenques. En vez del Teide, ellos hablan del Pino, e introducen una parodia de directores canariones, como Tito Rosales o Júnior Alonso. Cerraron con "El quién es quién de los Diablos": Utilizan un tablero con diferentes personajes. Parece otro juego. Y abordan Cho Vito, la Basílica de Candelaria, políticos... Y le van dando vueltas al panel para descubrir en cada cuadro qué hay detrás. Su momento cumbre, cuando descubren la última casilla, que da sentido al panel de los trónicos, y sellan su actuación con un emotivo homenaje a Enrique González.