Tegueste sufre desde hace meses una presencia de ratas que triplica la de los últimos años, según desveló ayer en el pleno local el propio alcalde, José Manuel Molina, durante el debate de una moción socialista que pretendía erradicar esta molesta compañía en la zona de El Caidero. Aunque el desenlace de esa propuesta llegó a ser un tanto surrealista, lo cierto es que la sesión dejó la evidencia de que la creciente presencia de los roedores en la Villa preocupa tanto al gobierno local que ya ha solicitado al Cabildo insular que mantenga los programas de desratización ante los rumores de que, por los recortes presupuestarios generalizados, desaparecerían durante el ejercicio 2011.

La moción del PSC se hacía eco del malestar de los vecinos de la zona de El Caidero y hablaba abiertamente de plaga. El alcalde, desde el principio, mostró su sorpresa por la alusión a este enclave por parte del portavoz socialista, Antonio Expósito, por dos motivos: por las gestiones realizadas por su gobierno desde la primera denuncia vecinal, el pasado 26 de febrero de 2010, y porque, según sus datos, luego corregidos por el edil aludido, la granja porcina que provocaba esta gran presencia de ratas era propiedad, entre otros, del concejal socialista Juan Alberto Gutiérrez Poleo.

Molina detalló que, desde esa denuncia inicial, el consistorio, mediante la Policía local, ha elaborado varios informes en diversos meses que trasladó a la Agencia del Medio para que interviniera ante la presencia de aguas fecales y los problemas de saneamiento que, según sus informaciones, provocaban la proliferación de ratas. El pasado 7 de diciembre, una nueva denuncia vecinal ratificaba la situación, si bien los agentes locales comprobaron que la granja permanecía cerrada, avisando a sus arrendatarios e informando, de nuevo, a la citada Agencia. El máximo mandatario trataba de dejar claro que habían abordado el problema desde el principio y que, por eso, no entendía la moción.

Expósito replicó entonces que sólo trataban de resolver una situación complicada para unos vecinos y que, en todo caso, no se estaba culpando a nadie, dejando caer que el alcalde se había equivocado en su alusión a Gutiérrez Poleo. Fue entonces cuando el tono del pleno se elevó y Expósito le reprochó a Molina "que el que más cosas tiene que ocultar es usted. Lo que quieren es una oposición dócil que no critique nada. Si busca la concordia, muy mal lo está haciendo", sentenció.

La edil de Medio Ambiente, Sandra Ramallo, terció para criticar a la empresa por no desratizar el sitio y para aportar datos un poco más escalofriantes, ya que asegura que no sólo se sufre la presencia de ratas de campo, sino de monte, "que se comen unas a otras. Esto no pasaba antes, y sí cuando la empresa cambió de manos", indicó.

En ese momento, el edil socialista aludido (Gutiérrez Poleo) aportó mucha luz y mostró su malestar por la alusión, sobre todo por lo que le había comentado al alcalde de antemano y a título particular. Recalcó que no tiene nada que ocultar y que esa granja no sólo no es suya, sino que su única relación con ella fue la de elaborar un estudio de viabilidad económica, dada su profesión de economista. Según desveló, la empresa no es viable, principalmente por sus muchas deudas; se está en un proceso de desmantelamiento; hasta marzo de 2010 tenía contratada a una compañía de desratización; no pertenece a Graneros Tenerife, como se dijo antes, sino que es una cooperativa, y, lo más relevante, no es la causante principal de la presencia de ratas. En este sentido, subrayó que la mejor manera de erradicar a los roedores era eliminar el cañaveral del barranco. Asimismo, recordó que la granja tiene licencia local, aunque dejó sospechas sobre si la forma de otorgársela fue lo limpia que debía en su día, al tiempo que reconoció que la moción de su partido lo había sorprendido, lo que reflejó una evidente descoordinación del Grupo Socialista.

No obstante, Expósito recalcó luego que sólo pretendía resolver el problema. El alcalde le pidió que modificara la moción para no limitarla a El Caidero, sino a todo el municipio. Con algunas reticencias, porque no entendía el empeño en el matiz, el PSC aceptó esa especie de enmienda sobre la marcha, pero la sorpresa generalizada se produjo después, cuando CC votó incomprensiblemente en contra, con Molina subrayando que la moción no se podía cambiar. El PSC se sintió engañado.

Mientras, Tegueste sufre una presencia triple de ratas.