El estudio de impacto ambiental del puerto de Fonsalía revela que la ubicación de esta nueva infraestructura se ha trazado sobre una zona de suelo agrícola (tomates y plataneras) en desuso y en el borde del Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Punta de Teno, donde habitan delfines mulares y es paso migratorio de tortugas bobas. Además, está a menos de tres kilómetros del LIC Cueva marina de San Juan, caracterizada por la restringida distribución mundial de algunas de las especies que lo habitan.

En dicho documento, cuya exposición pública concluye estos días, sólo se reconocen dos impactos severos y se considera viable el proyecto además de concluir que con las medidas correctoras previstas el impacto será "poco significativo", según rubrica el biólogo, Rosendo Jesús López. Afirma, que "el medio marino afectado tiene una pobreza ecosistémica acusada".

Dejando claro en su hilo argumental que mantener abierto el puerto de Los Cristianos y prescindir de esta infraestructura vecina a los LIC marítimos mantendría "el actual riesgo de colisión con los cetáceos" y de "vertido accidental de hidrocarburo".

En cuanto a la situación de las parcelas donde se ejecutaría esta obra, el documento sostiene que se mantendrán las parcelas agrícolas en activo. Si el proyecto se ejecuta, se verán afectadas varias parcelas, así como pistas agrícolas, según se señala en el estudio.