La indignación y el enfado de los vecinos del casco urbano de Granadilla de Abona continua porque, a pesar de las quejas, el reloj de la iglesia de San Antonio de Padua sigue sin dar las campanadas entre la medianoche y las ocho de la mañana por la decisión del párroco que ya se prolonga cerca de dos meses, como adelantó EL DÍA.

"En diez días ya hemos recogido más de 800 firmas y todavía no hemos acabado", resaltaban ayer vecinos, quienes esperan aumentar tal cifra porque "estamos recibiendo muchas llamadas de residentes que quieren apoyar la iniciativa que estamos impulsando, que no es otra que el reloj vuelva a sonar de madrugada".

De este modo, señalan que la decisión del sacerdote "no se explica por mucho que él la intente justificar, pues lo que está haciendo el cura es echarse al pueblo encima por no rectificar. Sin embargo, tampoco hemos observado que desde el Ayuntamiento de Granadilla de Abona se esté dando algún paso para hacer que el párroco entre en razón".

El Obispado apoya al cura

"No se entiende que un reloj que ha estado sonando durante más de dos siglos y medio ahora moleste. Es una auténtica pena que se intente eliminar una tradición de siglos por el capricho de una sola persona", manifiestan indignados.

El sacerdote de la iglesia de San Antonio de Padua "ha actuado correctamente" quitando las campanas del reloj en horario nocturno, se afirmaba ayer desde el Obispado.

De este modo, las fuentes eclesiásticas consultadas señalaron que "hay que combinar los distintos derechos" y entienden que ya existen "precedentes" de este tipo en otros templos.