El jefe del departamento de lucha contra el crimen organizado en el espacio postsoviético, el general de la policía rusa Alexandr Bókov, fue detenido hoy por presunto robo y extorsión.

"El general Bókov es sospechoso de extorsión y apropiación ilegal de empresas como parte de un grupo criminal organizado", informó una fuente de las fuerzas de seguridad a las agencias rusas.

Además, agregó, "han sido detenidos otros tres miembros del grupo criminal" encabezado por Bókov, que se encargaba de coordinar la lucha contra el crimen trasnacional en la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Según la investigación, Bókov y sus cómplices extorsionaron 35 millones de dólares al presidente de un banco tras amenazarle con asesinarle a él y a su familia, y le robaron otros 10 millones de dólares al jefe de una importante compañía de transporte.

"Con el dinero obtenido Bókov y sus cómplices adquirieron activos inmobiliarios en la región de Moscú, Chipre y el Reino Unido", añade la fuente.

Bókov, que encabezaba un órgano interestatal, ejerció también cargos de responsabilidad en el ministerio del Interior ruso, considerado uno de los organismos más corruptos del país.

La corrupción en Rusia, contra la que el Kremlin ha declarado una guerra sin cuartel, mueve sumas equivalentes a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB), según el informe difundido por la Asociación de Abogados por los Derechos Humanos.

Este porcentaje es aún mayor en las estructuras del Estado, pues "hasta el 90 por ciento de los servicios estatales y municipales se realizan a través de intermediarios, lo que supone una ''corrupción velada''".

Según el informe, las estructuras estatales más afectadas son las fuerzas de seguridad, a las que corresponde el 65,4 por ciento de las quejas, la mitad de ellas relacionadas con la participación directa de funcionarios y agentes en esquemas corruptos.