El sector de Atención Primaria es el más castigado por las agresiones contra el personal médico, según se desprende de los primeros datos cuantitativos arrojados por el registro nacional de agresiones a médicos elaborado por el Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial. La colaboración de todos los Colegios de Médicos ha sido decisiva para recopilar todos los datos disponibles y poder configurar este registro, hasta ahora inexistente.

Se trata de una iniciativa pionera en el territorio nacional que parte de la voluntad de contribuir a dar respuesta y soluciones a esta lacra de violencia contra el personal médico, que se ha ido incrementando en los últimos años hasta convertirse en un grave problema social, para el que desde la profesión se pide "tolerancia cero".

Los datos obtenidos de dicho registro nacional correspondientes a 2010 arrojan un total de 451 agresiones registradas a médicos colegiados, un dato que equivale al "iceberg" del problema porque la base del mismo podría estar aún más dimensionada.

El mayor porcentaje de los actos violentos contra el personal médico se registró en el primer nivel asistencial. Un 57 por ciento se produjeron en las consultas de Atención Primaria, más otro ocho por ciento en los Servicios de Urgencias Extrahospitalarias, lo que equivale a que prácticamente el 65 por ciento de las agresiones se acumulan en dicho nivel asistencial, siendo el sector público más castigado que el privado en este sentido.

Si bien no hay diferencias acuciantes en cuanto al género del médico agredido, sí se ha detectado que el grupo más afectado es el comprendido entre los 46 y los 55 años; en cambio se observa un menor número de casos entre los mayores de 56 años y los médicos más jóvenes. Con respecto a la tipología del agresor no hay un perfil claramente establecido, dada su heterogeneidad, pero sí es destacable el hecho de que una de cada tres agresiones es realizada por un familiar del paciente.

De los datos obtenidos sobre las causas que motivan este tipo de agresiones, la discrepancia con la atención médica es la que figura como principal desencadenante del acto violento contra los facultativos, seguida de la negativa a recetar el fármaco demandado por el paciente, y de discrepancias personales con el facultativo.

De la información extraída cabe destacar otros datos, tales como que el pico más alto del número de agresiones se produjo en verano, concretamente en el mes de julio, que más de un 18 por ciento de las mismas terminaron en lesiones y que más de un 13 por ciento de los agredidos pidieron la baja laboral.

Por comunidades autónomas, Andalucía y La Rioja figuran entre las autonomías donde se ha registrado un mayor número de casos y, por el contrario, Baleares y Navarra arrojaron unos índices muy bajos de agresiones.

Bajo la premisa "agresiones a médicos, tolerancia cero", la Organización Médica Colegial ha establecido un método de trabajo coordinado con todos los Colegios de Médicos de España, y que constituye la principal herramienta de la profesión para conocer con exactitud en el terreno en el que hay que moverse con respecto a la violencia contra los médicos.