Roberto Rodríguez, de profesión agricultor, es el propietario de la mayor finca de fresas de Tenerife, con una parcela de quince hectáreas de las cuales siete están dedicadas a este cultivo, y ubicada en el municipio tinerfeño de Güímar, con una producción anual de 600.000 kilos. Destaca que "con la hidroponía de fresas podemos aprovechar el agua para regar otros cultivos".

En su opinión, para ser más competitivos en agricultura "hay que modernizarse y tecnificarse".

Rodríguez empezó con la hidroponía hace siete años y gracias a esta técnica ha podido continuar cultivando fresas. "Empleamos -asegura- una solución recuperable, que permite aprovechar el agua que se pierde para regar otros cultivos, como puerros, lechugas, papas, calabacín, calabazas y millo. El ahorro es importante".

Plantas en altura

Rodríguez aclara que como el sustrato no está en contacto con el suelo, sino en altura, "el cultivo está bien ventilado, no genera malas hierbas y tampoco es atacado por plagas o enfermedades. Además, tampoco tenemos que emplear tantos fitosanitarios y también se trabaja más cómodamente, ya que la planta está en altura y no en el suelo. En conclusión, elegí este camino por el ahorro de agua y comodidad en el trabajo. La producción es similar a un cultivo normal, aunque la agricultura es muy variable y depende de muchos parámetros. No obstante, el producto está más limpio, es de calidad y cómodo de supervisar. Hacemos combinaciones de variedades y tenemos producción durante todo el año. Nuestras fresas, con la marca Izaña, la comercializamos en todas las Islas".

Para ser más competitivos en la producción de fresas hace falta "bajar los costes y que la fruta sea mejor, sobre todo, en sabor".

También señaló que en las Islas entra "mucha fresa de Huelva, que es el mayor productor europeo, y ahora también ha empezado a entrar de Marruecos".

Según subraya Roberto Rodríguez el cultivo hidropónico también se emplea para pimientos, habichuelas, tomate y pepinos. Además, todo el Archipiélago puede producir en cualquier momento del año y con los microclimas que hay se puede cultivar cualquier cosa".

Eso sí, Rodríguez hace votos por que Europa aplique los mismos requisitos de calidad alimentaria a los productos procedentes de terceros países y que la Administración autonómica aumente la vigilancia en las fronteras para evitar la entrada de nuevas plagas tanto por puertos como por los aeropuertos del Archipiélago.

"A la Administración no le pedimos más dinero, sino que nos proteja mejor para trabajar. De esta forma, sí habría un futuro más optimista en el sector primario", aseveró.

En opinión de Rodríguez, "lo primero que se debería hacer es observar aquellos productos que entran en los puertos y aeropuertos canarias para frenar la entrada de más plagas y enfermedades, así como de competencia desleal. A nosotros nos aplican todas las normas y las importaciones están casi incontroladas porque no ponen el personal adecuado, el escáner no termina de instalarse en el puerto de Santa Cruz y demás. Las nuevas plagas que se han instalado es debido a que han entrado muchos productos sin control. Y aquí hay muchas herramientas que se pueden aplicar con voluntad política y es necesario reducir el exceso de burocracia en el sector primario", apostilló.