El cadáver del sacerdote jesuita estadounidense Ferdinand Azevedo, de 72 años, fue hallado desnudo, con las manos atadas y una cuerda en el cuello en un balneario brasileño donde realizaba un retiro espiritual, dijeron hoy fuentes oficiales.

El cuerpo fue encontrado en la noche del lunes por miembros de su congregación que intentaban contactarle desde hacía varios días y que, ante la falta de respuesta, se presentaron en un apartamento de la ciudad de Paulista en que los jesuitas realizan retiros individuales.

Pese a las circunstancias en que fue encontrado, el cadáver no tenía señales de violencia externa ni heridas aparentes, y la policía no descarta un homicidio ni el suicidio.

La comisaria de Janga, Morgana Alves, informó de que abrió una investigación para establecer las causas de la muerte y agregó que espera los resultados de la autopsia para saber si el sacerdote tiene lesiones internas.

La comisaria se abstuvo de dar otras informaciones y alegó que la investigación será secreta.

El hecho ocurrió en Janga, un balneario de la ciudad de Paulista ubicado a pocos kilómetros de Recife, la capital del estado de Pernambuco y una de las mayores ciudades del nordeste de Brasil.

El cuerpo estaba de rodillas y en avanzado estado de descomposición, por lo que se presume que el sacerdote murió algunos días antes.

El religioso, que vivía en Brasil desde 1975 y llegó a ser provincial de los jesuitas en Pernambuco, acostumbraba realizar todos los años un retiro de diez días en el mismo balneario.

Azevedo era investigador y profesor en el departamento de Ciencias de la Religión de la Universidad Católica de Pernambuco, en Recife, y coordinaba el Instituto de Investigación Padre Nogueira Machado, vinculado al mismo centro académico.

Formado en Filosofía por la Gonzaga University (1963), el jesuita tenía una maestría en Historia en la Loyola University of Los Ángeles (1968) y un doctorado también en Historia en la The Catholic University of América (1974) de Washington.

El estadounidense, que se ordenó sacerdote en la Compañía de Jesús en 1970, recibió en 1997 el título de Ciudadano Pernambucano, concedido por la Asamblea Legislativa de Pernambuco por su contribución a la educación en ese estado brasileño.