El Gobierno alemán y los "Länder" acordaron hoy un plan de acción ante el escándalo de animales contaminados con dioxinas, según el cual el control de los piensos animales será supervisado por el Ministerio federal de Agricultura.

La ministra de Agricultura, Ilse Aigner, y los representantes de los estados federados alcanzaron este acuerdo, tras las críticas vertidas desde el Ejecutivo de Berlín a los estados federados por la falta de controles efectivos en las partidas de piensos.

"El objetivo es dotarnos de los controles más efectivos de toda la Unión Europea", indicó la ministra, tras el escándalo que provocó en los días pasados el cierre temporal de unas 5.000 explotaciones avícolas y porcinas.

Aigner había responsabilizado directamente de lo ocurrido al "Land" de Baja Sajonia, donde se concentraron la mayoría de los casos de contaminación con dioxinas, y exigido competencias directas sobre los controles, que hasta ahora ejercían los estados federados.

La propia canciller Angela Merkel reiteró ayer su respaldó a la ministra, después de las acusaciones lanzadas por ésta al jefe del Gobierno de Baja Sajonia, el conservador David McAllister.

El tono inusualmente duro de Aigner hacia McAllister -de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside Merkel- precipitaron la intervención de la canciller, necesitada de calmar los ánimos en una cuestión que afecta la credibilidad del sector agropecuario alemán.

El escándalo de la contaminación en piensos animales con dioxinas estalló a principios de enero y derivó entonces en el cierre temporal de más de 4.000 granjas, casi todas en Baja Sajonia.

La gran mayoría de las explotaciones se reabrieron la semana pasada, pero el sábado se precintaron casi un millar más, por orden del ministerio de Aigner, al detectarse que las partidas de un fabricante de piensos de ese "Land" no habían pasado los preceptivos controles.

La ministra calificó lo ocurrido de "escándalo dentro del escándalo", ante la evidencia de que pese al revuelo causado en los días precedentes por los cierres seguían sin controlarse de un modo efectivo las partidas.

De acuerdo a los planes de Aigner, el gobierno federal aprobará este miércoles su catálogo de medidas, que será sometido a continuación al voto de la cámara baja del Parlamento (Bundestag).

El plan de la ministra, de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación hermanada a la CDU, contempla el establecimiento de controles exhaustivos y un endurecimiento de las penas a los infractores.

Su objetivo es mejorar cuantitativa y cualitativamente la supervisión de la alimentación del ganado empleado para el consumo alimenticio humano y obligar a los fabricantes a obtener una licencia específica, a detallar la composición de sus productos ante las autoridades y a suscribir un seguro de responsabilidad civil.

Además, intensificará el control en toda la cadena de producción, establecerá un sistema de alerta temprana y sancionará la separación total a nivel productivo de las grasas destinadas directa o indirectamente a la alimentación humana y las de uso industrial.