Las fuerzas de seguridad paquistaníes han puesto en marcha un dispositivo para acabar con la ola de asesinatos que afecta a la sureña ciudad de Karachi, informó una fuente policial.

Desde el pasado día 13 se han registrado 26 asesinatos selectivos en la capital financiera de Pakistán, que han acabado con la vida de militantes de partidos políticos y un periodista, entre otras víctimas.

Las fuerzas de seguridad lanzaron anoche redadas en varios barrios de Karachi, en especial el de Orangi, y detuvieron a 24 "sospechosos", aseguró la Policía, aunque al canal televisivo "Geo", sin especificar sus fuentes, elevó los arrestos a 150.

Varios medios de comunicación hablan ya de una "operación" en marcha en la ciudad portuaria encabezada por los ''rangers'' o paramilitares, pero la fuente policial sostuvo que estas redadas serán puntuales.

En anteriores olas de violencia, las autoridades también desplegaron a este cuerpo de seguridad hasta que la situación se calmó.

En la mayor urbe de Pakistán, bandas criminales en ocasiones asociadas a partidos políticas asesinan a sus rivales, a menudo desde motocicletas.

La alteración del mapa demográfico de la ciudad durante los últimos años y su desajuste con el poder político son algunos de los factores que explican la conflictividad de Karachi.

Unos 18 millones de personas viven en la urbe, entre ellas la comunidad autóctona sindhi, la mohayir (hablantes de urdu que llegaron de la India tras la partición en 1947), la punjabí y cada vez con más presencia la pastún.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, condenó la semana pasada los últimos asesinatos y habló con el Muttahida Quami Movement (MQM), que representa los intereses de los mohayir, y con el Partido Nacionalista Awami, que tiene en los pastunes su principal banco de votos, para que pidan calma a su militancia.

El MQM fue el pequeño partido que dejó a inicios de mes en minoría parlamentaria al Gobierno del Partido Popular (PPP), aunque finalmente devolvió su apoyo al Ejecutivo.