El proceso de transición arrancó ayer de hecho en Túnez con el anuncio de la liberación de los presos políticos, la legalización de los partidos y la creación de un nuevo Gobierno de "unidad nacional", del que forman parte tres figuras de la oposición y seis antiguos ministros del depuesto presidente Ben Alí.

De los 19 miembros del nuevo Ejecutivo, que debe pilotar la transición hasta la convocatoria de elecciones, 12 son miembros del partido en el poder del presidente huido, lo que con toda probabilidad no colmará las expectativas de la gran mayoría de tunecinos que se lanzaron a las calles durante un mes y acabaron con 23 años de dictadura. Pero dentro de la todavía muy inestable situación que vive el país, la amnistía y la legalización de todas las fuerzas políticas representan dos pasos fundamentales en el proceso de ruptura con el antiguo régimen y en el camino a la democracia.

El primer ministro, Mohamed Ghanuchi, anunció un Gobierno de "unidad nacional", que incluye por primera vez en la historia de Túnez a históricos dirigentes de las tres fuerzas de oposición toleradas por Ben Alí, dos de las cuales sin siquiera representación parlamentaria. Se trata del líder del movimiento Etajdid, Ahmed Ibrahim -con dos diputados en el Parlamento-, del secretario general del Foro Democrático por el Trabajo y las Libertades (FTDL), Mustafá Ben Yafar, y del veterano dirigente del Partido Democrático Progresista (PDP), Najib Chabbi.

Sin embargo, seis antiguos miembros del Gobierno de Ben Alí permanecerán en el Ejecutivo en los puestos claves, como el de primer ministro, el departamento de Exteriores, el de Interior, el de Defensa o el de Finanzas.

Doce de los 19 miembros del nuevo Gabinete pertenecen además a la Agrupación Constitucional Democrática (RCD), el partido del poder del presidente depuesto, y muchos habían sido ya ministros en anteriores ocasiones. En el nuevo Gobierno figuran también representantes de la sociedad civil, entre ellas dos mujeres.

Elecciones

El Ministerio de Información, muy desacreditado por la censura ejercida sobre la libertad de prensa y de expresión, será suprimido, según anunció Ghanuchi.

Por otro lado, afirmó que el nuevo Gobierno necesitará como mínimo seis meses para organizar elecciones.

Con anterioridad al anuncio del nuevo Gobierno, las fuerzas policiales cargaron contra una manifestación de cerca de 1.000 personas en el centro de Túnez que demandaban la disolución del RCD, el partido omnipresente durante décadas en el país.

El sindicato Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) llamó a los ciudadanos a no participar en manifestaciones ante el peligro de que éstas fueran aprovechadas por los partidarios de Ben Alí para crear incidentes violentos.

Según anunció ayer el ministro de Interior, Ahmed Fría, la represión de las protestas populares desde que comenzó la revuelta social en el país y los incidentes violentos posteriores a la salida de Ben Alí han causado 78 muertos y 94 heridos.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español expresó su "satisfacción" por la constitución del gobierno de unidad nacional y ofreció su "pleno apoyo al afán de los tunecinos por instaurar un régimen democrático".

Sin embargo, mantiene la recomendación de no viajar a este país, al tiempo que precisó que los 600 españoles residentes en Túnez se encuentran bien y en contacto con la Embajada española en la capital del país africano.