Una bebé de Zaragoza ha sido la primera paciente aragonesa beneficiaria de un trasplante multivisceral. Se trata de una niña afectada desde su nacimiento de un fallo intestinal permanente, operada el pasado día 27 de septiembre en el Hospital Infantil La Paz de Madrid, con tan solo seis meses de vida, que ha recibido el alta domiciliaria este lunes.

La Asociación Española de Padres de Niños con Nutrición Parenteral (AEPANNUPA) ha explicado que se trata del receptor de más corta edad de toda España en este tipo de trasplantes y ha señalado que la operación fue precisa porque esta niña, desde su nacimiento, no podía absorber ningún tipo de alimento por vía oral y era dependiente para poder alimentarse de una terapia de nutrición parenteral administrada por sus padres en su propio domicilio del barrio de Torrero.

La intervención duró más de doce horas de quirófano y consistió en un trasplante multivisceral de cinco órganos: hígado, estómago, duodeno, intestino delgado y páncreas.

Desde la asociación han indicado que si el trasplante de intestino en general es uno de los más complejos de los existentes en la actualidad, el multivisceral es el más complicado dentro de este tipo de trasplantes intestinales.

Además, la dificultad aumenta cuanto más corta es la edad del potencial receptor ya que a la propia complejidad de la técnica quirúrgica se suma la necesidad de encontrar un donante no solamente compatible por características y grupo sanguíneo con el receptor, sino que también se hace necesario su compatibilidad por tamaño.

La niña ha permanecido ingresada durante los más de tres meses de postoperatorio en la Unidad de Cuidados Intensivos y en la Unidad de Rehabilitación Intestinal del citado centro madrileño.

En ese periodo, la familia ha contado con el apoyo la Asociación española de padres de niños con nutrición parenteral, que les ha acogido en su piso de Madrid, además de facilitarles cobertura psicológica y de rehabilitación alimentaria dentro del hospital.

Ahora, gracias a este trasplante multivisceral, la niña comerá, crecerá y se desarrollará de forma normal, "con la única molestia de tener que acudir a rutinarias consultas médicas".