Los ministros de Finanzas de la zona euro se comprometieron hoy a "acelerar" los trabajos para ofrecer un paquete completo de respuestas a la crisis de la deuda soberana "lo antes posible", incluido una reforma del fondo de rescate para socorrer a los países con problemas de financiación.

"Vamos a acelerar nuestros trabajos en el Eurogrupo para poder presentar la conclusión de los trabajos lo antes posible al Consejo Europeo -la institución que agrupa a los veintisiete jefes de estado o gobierno de la UE-", aseguró el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean Claude Juncker, tras una reunión en Bruselas.

Juncker evitó especificar si el Eurogrupo presentará estas iniciativas de cara a la cumbre de líderes del próximo 4 de febrero, como exigió la semana pasada el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, quien pidió una ampliación del fondo de rescate en ese plazo.

"No he dicho que no vayamos a presentar nuestras conclusiones en marzo. He dicho que vamos a acelerar nuestros trabajos y daremos la respuesta del Eurogrupo lo más rápido posible", se limitó a decir Juncker, quien garantizó que el proceso "no va a durar para siempre", pues "hay una cierta urgencia".

En este sentido, Juncker explicó que convocará las reuniones de ministros suplementarias que considere necesarias.

Durante la reunión de hoy, Juncker constató "una importante cantidad de puntos de vista comunes y algunas diferencias que no son dramáticas" entre los Veintisiete, respecto a los distintos ingredientes de este paquete de medidas contra la crisis.

En esa receta que prepara el Eurogrupo destaca la ampliación de la cuantía y los usos del fondo de rescate creado en mayo pasado para ayudar a países afectados por la crisis de la deuda, teóricamente dotado con 750.000 millones de euros.

Juncker evitó precisar las distintas opciones sobre la mesa para dotar de mayor potencia al fondo de rescate, ni la aceptación que goza cada una de ellas entre los Veintisiete.

"Discutimos todos los ingredientes que pudieran enriquecer el fondo. Este trabajo continuará. Es pronto para decir qué conclusiones alcanzaremos", se limitó a decir, tras confirmar que entre las variantes se encuentra la posibilidad de reducir la tasa de interés que deben pagar los países rescatados, como ha pedido Irlanda.

Antes de la reunión con los ministros de Finanzas de la zona euro, Juncker consultó a los responsables de los seis países de la zona euro que gozan de la mejor nota por parte de las agencias de calificación - Alemania, Francia, Finlandia, Holanda, Austria y la propia Luxemburgo-, como principales garantes del fondo.

Juncker dijo que se trató de una "discusión informal y amistosa, que no llevó a ninguna división en el Eurogrupo sobre las decisiones" que hay que tomar.

"Es sólo una cuestión de saber con antelación cómo ven la situación los principales contribuyentes" del fondo de rescate, explicó.

Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, consideró que las persistentes "tensiones en los mercados financieros subrayan la necesidad de acordar una respuesta comprensiva a la crisis de la deuda".

En este sentido, insistió en que "las fuerzas de mercado no pueden tener la menor duda sobre la capacidad de la zona euro para actuar incluso en el escenario más turbulento".

La semana pasada, Rehn coincidió con Barroso en solicitar una ampliación del fondo de rescate de cara a la cumbre de febrero, tras defender que es mejor "prevenir que curar" y que es necesario que la zona euro esté preparada para cualquier eventualidad.