En la plaza del Cristo se han vuelto a levantar las losetas de su pavimento, lo cual ha motivado que los trabajadores procedan a asentarlas de nuevo con mejores materiales de fijación para evitar las caídas de los ciudadanos o las filtraciones de agua a los aparcamientos subterráneos bajo las mismas.

"Desde luego, esta plaza es una vergüenza para una ciudad de la categoría de La Laguna". En estos términos se expresó Pilar Rosales, quien en ese momento pasaba por el lugar. Añadió que "ojalá un día el ayuntamiento se digne a darnos una plaza como nos merecemos los laguneros y todos los ciudadanos de Tenerife y de otras islas que la cruzan para visitar al Cristo".

El problema no es nada nuevo. Si bien el antiguo pavimento de la plaza, cuando la misma poseía la fuente de agua, tenía corriente y fue realizado a conciencia, cuando se hizo la actual remodelación, la empresa encargada de la obra, aunque con medios más modernos, no dejó corriente, por lo que el agua se encharcaba. Ello motivó incluso manifestaciones por parte de los vecinos con cañas en mano haciendo que pescaban en el agua empozada.

Pronto apareció el problema y fue que, al no haber sido bien asentadas las losas, el agua se filtraba a los aparcamientos subterráneos. En dicho momento, se procedió a reparar zonas del pavimento y todo transcurrió dentro de una relativa normalidad.

Ahora, se ve que con las numerosas actividades que se han realizado en los últimos meses en la plaza del Cristo y la gran afluencia de público que recibe, las losetas se han desprendido en número considerable. El trabajo de los obreros consiste en arrancarlas, picar el débil mortero que hay debajo y proceder a colocarlas de nuevo.

Mientras esto sucede, los laguneros esperan la construcción del nuevo Mercado Municipal y que la ciudad tenga una plaza mucho más digna y al gusto de todos.