El Gobierno, las patronales CEOE y Cepyme, así como los sindicatos CCOO y UGT retomaron ayer

el diálogo social tras un paréntesis de siete meses y con el compromiso de continuar e "intensificar" las conversaciones sobre las distintas materias sociolaborales incorporando a todas las fuerzas políticas del arco parlamentario. La ruptura de este foro el pasado junio obedeció al fracaso de los contactos para la reforma laboral.

En comunicado conjunto difundido tras la reunión mantenida ayer, todas estas organizaciones precisaron que en ella se abordó la reforma de las pensiones, el desarrollo de la reforma laboral, las políticas activas de empleo, así como la reforma de la negociación colectiva. Las partes acordaron que "la reforma de la negociación colectiva se aborde en el ámbito bilateral, es decir, entre patronal y sindicatos, aunque informarán al Ejecutivo central de eventuales progresos". En cualquier caso, se mantiene como fecha límite para un acuerdo bilateral el 20 de marzo, tal y como estipula el texto de la reforma laboral, ya que a partir de esa fecha el Gobierno decidirá unilateralmente.

El encuentro pone de manifiesto la voluntad de todas las partes por conseguir el entendimiento "sin ignorar las dificultades que derivan de esta negociación". Según el escueto comunicado, la reunión con la que se inició oficialmente la negociación tripartita concluyó en torno a las 17:00 horas.

Uno de los principales focos de interés del encuentro fue la asistencia, por primera vez, del nuevo presidente de la CEOE, Juan Rosell, ya que hasta ahora sólo se habían reunido el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, con los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez.

Además, destacó la incorporación del vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien decidió participar porque, según explicó, la idea del Gobierno es que él aporte una valoración más amplia que la del ministro de Trabajo sobre todos los temas que se tratan en la mesa de negociación, ya que la idea es extender el diálogo a todos los grupos políticos.

En este sentido, el vicepresidente primero dijo que se está hablando y negociando con todos los partidos, porque si el consenso es amplio, así como el catálogo de temas, esto se traduce en "confianza" en la economía española.

Sin embargo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, aseguró que se está "lejos" de conseguir un acuerdo con los agentes sociales en estas materias. Al respecto, enfatizó que las negociaciones siguen siendo "difíciles", porque las posiciones están "distantes" y los temas son "amplios".

Rubalbaca afirmó que se está hablando con todos los partidos, porque si el consenso es amplio, así como el catálogo de temas, esto se traduce en "confianza" en la economía española.

No obstante, desde el PP e Izquierda Unida le acusan de "faltar a la verdad" sobre este asunto ya que, según aseguran, nadie se ha puesto en contacto con ninguna de estas formaciones.

Por otro lado, el vicepresidente primero sentenció que la concreción que propone ahora el Ejecutivo sobre los despidos colectivos por causas económicas no supone cambiar el "espíritu" de la reforma laboral. Rechazó así las "lecturas que no se corresponden con la realidad" y que apuntan a que el Gobierno ha suavizado la reforma laboral para así facilitar el acuerdo con los agentes sociales sobre la reforma de las pensiones.

Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, no se siente "aludido" ni ve como un "guiño" a los sindicatos los cambios en las causas del despido, al considerar que la propuesta inicial, que permitía realizarlas ateniéndose a previsiones económicas negativas, era una "aberración jurídica".