Unas 4.000 piezas arqueológicas precolombinas del Museo de Brooklyn (EEUU) serán repatriadas a Costa Rica en los próximos años, a pesar de las múltiples dificultades económicas y legales, lo que supone una victoria en la lucha por recuperar estos tesoros esparcidos en diferentes partes del mundo.

La directora del Museo Nacional costarricense, Sandra Quirós, dijo que la recuperación de esta colección, entregada voluntariamente por el Museo de Brooklyn es "importantísima" por su valor científico y cultural.

Las piezas, que legalmente están en poder del Museo de Brooklyn, pertenecen a la colección de Minor Keith, un ciudadano norteamericano que impulsó la construcción del ferrocarril en el Caribe costarricense y que fue propietario de fincas bananeras en la zona entre 1871 e inicios del siglo XX.

Keith acumuló piezas precolombinas de diferentes culturas costarricenses hasta sumar unas 16.000 obras de jade, oro y cerámica.

Una colección que tras su muerte, en 1929, fue donada por su familia a museos estadounidenses.

"A veces hay que recurrir a mecanismos internacionales de carácter legal y otras hay que pagar por algunas piezas, por lo que el hecho que voluntariamente el Museo de Brooklyn nos las esté devolviendo es muy importante para el país", subrayó Quirós.

El Museo de Brooklyn posee poco más de 4.000 piezas de ese lote y devolverá el noventa por ciento de ellas como parte de una depuración de sus inventarios.

El restante diez por ciento permanecerá en el museo estadounidense como una muestra representativa.

Debido a los pocos recursos con los que cuenta el Museo Nacional costarricense para llevar a cabo una repatriación de bienes culturales tan grande, el estatal Instituto Nacional de Seguros (INS) se involucró en la tarea y aportará los 59.000 dólares (unos 44.939 euros) necesarios para el transporte de un primer lote de 1.000 piezas que llegará al país en dos meses.

Las restantes 3.000 se entregarán de la misma forma a lo largo de los próximos dos o tres años, explicó Quirós.

Además de la escasez de fondos del Museo Nacional para repatriar piezas, están los engorrosos trámites legales y diplomáticos requeridos para trasladar al país tesoros indígenas llevados al exterior ilegalmente.

Tal es el caso de la llamada colección del costarricense Leonardo Patterson, radicado en Alemania, la cual está compuesta por unas 1.800 piezas de oro, jade y cerámica de diversas culturas precolombinas de América.

Costa Rica asegura que 495 piezas de la colección son originarias de este país, pero no ha logrado recuperarlas, pese a años de trámites legales y diplomáticos.

"Es una situación sumamente compleja", explicó Quirós, quien afirmó que su país continuará buscando recuperar esas obras precolombinas por medio de "mecanismos de tipo legal".

Esta colección se exhibió en 1997 en la ciudad española de Santiago de Compostela (noroeste) y luego Patterson la trasladó a un almacén, donde permaneció once años, hasta marzo de 2008, cuando salieron de España más de mil figuras rumbo a Alemania.

Sin embargo, no todas las piezas de la colección, compuesta por máscaras, esculturas en cerámica, oro, joyas y piedras preciosas, salieron de España, ya que quedaron aquellas que habían sido judicialmente reclamadas mediante comisiones rogatorias de varios países.

En julio pasado la embajada de Costa Rica en Madrid recibió de España dos de esas piezas arqueológicas precolombinas que estaban en custodia del Museo de América en la capital española.

Se trataba de una vasija de cerámica y una escultura de piedra, pero desaparecieron de la sede diplomática en septiembre después de que se realizara un cambio en el mobiliario de oficina, explicó entonces la Cancillería costarricense.

El Museo Nacional informó de que tardó en repatriar las piezas porque no tenía presupuesto para los "altos costos de envío", por lo que estaban a la espera de que algún funcionario de la sede diplomática viajara a Costa Rica y las trajera consigo, un fiel reflejo de los pocos recursos que tiene el país para estos casos.