El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó hoy los ataques realizados por seguidores de Laurent Gbagbo en Abiyán contra seis vehículos de las fuerzas internacionales de paz desplegadas en Costa de Marfil.

Ban expresó su preocupación por que fuerzas "regulares e irregulares leales a Gbagbo hayan comenzado a atacar y quemar vehículos de Naciones Unidas", indicó su portavoz, Martin Nesirky.

La fuente se refirió a que hoy se contabilizaron en Abiyán seis incidentes, en los que un vehículo militar del organismo internacional fue incendiado, y en otra acción contra una ambulancia su conductor y el médico que en ella viajaban resultaron heridos.

El máximo responsable de la ONU condena esos hechos, al igual que el del miércoles contra un convoy de la misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (UNOCI) en el barrio de Abobo, en la capital, al ser atacado por miembros de las Fuerzas de Defensa y de Seguridad (FDS).

"El secretario general también condena el uso continuo de la Radio Televisión Marfileña (RTI) para instigar a la violencia contra la misión de paz de la ONU, incluyendo la (difusión de la) información falsa de que los cascos azules apoyan a los soldados (ex rebeldes) de las Fuerzas Nuevas", señaló el portavoz.

Una vez más, Ban "advirtió a los responsables de organizar y realizar esos ataques de que tendrán que pagar ante la justicia".

"Bajo la ley internacional, ambos ataques contra las fuerzas internacionales de paz y por la destrucción de propiedades destinadas a la protección de civiles constituyen un delito", agregó Nesirky.

En Abiyán, el mandatario saliente Gbagbo, quien no ha aceptado haber perdido las elecciones presidenciales frente a su rival Alssane Ouattara, declaró hoy el toque de queda hasta el próximo sábado en los barrios populares de Abobo y Anyama, afines al vencedor de los comicios.

Desde el miércoles los dos barrios están cercados por tropas del las fuerzas de seguridad con tanquetas, vehículos blindados y gran número de efectivos, aunque desde ese momento no se han producido sucesos destacables, dijo la Policía marfileña.

Por su parte, los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras la guerra civil de 2002 a 2007, controlan el norte del país y defienden la sede provisional del Gobierno de Ouattara en el Hotel Golf de Abiyán, negaron cualquier relación con los sucesos.

La subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, advirtió hoy de las consecuencias al respecto que tiene la violencia en Costa de Marfil, de donde ya han salido 23.500 marfileños, en su mayoría hacia Liberia, y hay otros 16.000 desplazados en el oeste del país.

Precisó que la mayoría de los desplazados en la región occidental de Costa de Marfil son mujeres, muchas de ellas embarazadas, niños y ancianos y que, al igual que los que han huido hacia Liberia, reciben asistencia de las agencias de ayuda humanitaria.

"Esta crisis amenaza las vidas de miles de marfileños. Se necesita una solución pacífica y rápida para el país y la región", dijo Amos, quien pidió a las partes que "refrenen la retórica y la incitación a la violencia para evitar un mayor deterioro de la situación".

Amos dijo que se han producido denuncias sobre "serias violaciones de los derechos humanos en todo el país".

Tras la segunda vuelta de los comicios presidenciales en Costa de Marfil del pasado 28 de noviembre, la Comisión Electoral Independiente (CEI) dio la victoria con una amplia ventaja a Ouattara, resultado que fue certificado por la ONUCI y reconocido por la comunidad internacional.

Gbagbo no admitió ese resultado y recurrió al Consejo Constitucional, controlado por sus seguidores, que anuló la votaciones en siete departamentos ampliamente favorables a Ouattara y le otorgó la victoria, lo que ha rechazado la comunidad internacional, que le ha exigido que deje el poder.

Ambos contendientes se invistieron como presidentes y formaron sendos gobiernos, lo que ha creado una situación de tensión y ha generado un fuerte temor a la reanudación de la guerra.

Hasta el momento, según la ONUCI, los muertos confirmados desde que se inició la violencia postelectoral en Costa de Marfil, el pasado 16 de diciembre, son al menos 210, la mayoría seguidores de Ouattara.

El sur de Costa de Marfil está controlado por las fuerzas armadas y de seguridad, leales a Gbagbo, y el norte sigue dominado por las milicias del antiguo movimiento rebelde Fuerzas Nuevas, que respaldan a Ouattara.