Un soldado profesional con destino en Ceuta ha protagonizado la historia más curiosa acontecida en los últimos meses en Ceuta al ser detenido por la Guardia Civil cuando pretendía entrar a nado en Ceuta desde Marruecos al haber perdido su pasaporte.

Lo que parecía ser una intervención más contra la inmigración clandestina se tradujo en una curiosa historia acontecida en la madrugada del pasado domingo al lunes en el paso fronterizo que separa Ceuta de Marruecos, informaron ayer fuentes del instituto armado.

El dispositivo de seguridad de la frontera norte de Benzú hizo sonar las alarmas cuando las cámaras térmicas detectaron un intento de entrada ilegal a nado desde Marruecos bien entrada la madrugada del domingo.

La Guardia Civil desplazó hasta la zona una patrullera al presumir que se iba a encontrar con la típica intervención de un inmigrante subsahariano o argelino que pretendía entrar a nado desde Marruecos, lo cual se ha convertido en una tónica habitual.

Traje de neopremo y tubo

Los agentes acudieron al lugar marcado por las cámaras y comprobaron que una persona, con traje de neopreno, con tubos y aletas, estaba intentando llegar a la costa, por lo que fue inmediatamente interceptado.

Un guardia civil afirmó que la sorpresa llegó cuando no se trataba de un inmigrante ilegal, sino de un militar, que desempeña su empleo en una de las unidades operativas de la Comandancia General de Ceuta, que trataba de llegar a la ciudad ceutí por este método.

El militar, al ser subido a la patrullera, declaró que había optado por cruzar a nado ante la necesidad de volver a España y no poder hacerlo por la frontera terrestre tras haber perdido su pasaporte en Marruecos.

El soldado aseguró que el mismo domingo por la tarde intentó entrar por la frontera del Tarajal, pero los gendarmes de Marruecos le impidieron el acceso al carecer del pasaporte, a pesar de contar su historia de haber extraviado este documento, necesario para cruzar la frontera entre Marruecos y España.

Después de pensar alguna fórmula para entrar, decidió comprarse un traje de neopreno, con tubos y aletas para cruzar a nado, en lugar de alargar los trámites para cruzar legalmente el paso fronterizo.

Tras comprobar la veracidad de los hechos, la Guardia Civil puso en libertad en tierra al soldado, el cual pudo llegar el lunes a su trabajo, con una curiosa historia a sus espaldas. La Guardia Civil, esta vez, no pudo rellenar un parte con la detención de un inmigrante, sino con el rescate de un soldado que necesitaba cruzar la frontera y optó por este método.