La remodelación de la calle Zamora del Puerto de la Cruz casa con el dicho popular de que para hacer una tortilla hay que romper los huevos, pero en este caso ha sido mucho más dramático por sus repercusiones económicas y sociales, y es que una obra que se tenía que haber efectuado en ocho meses aún no ha finalizado del todo ya transcurrido un año, debido a que falta que se consolide la solidificación de la cimentación de la capa de hormigón armado que protege la zona comprendida por La Punta del Viento y que requiere un período de 15 a 20 días. Una zona, la más problemática, donde confluyen las redes de abastecimiento y saneamiento de agua, cuya acometida se prolongó durante seis meses. La mayoría de los comerciantes consultados por EL DÍA coincide en señalar que el resultado final de la remodelación viaria ha sido bueno, pero su demora en el tiempo ha generado una serie de daños colaterales en el pequeño y mediano comercio con el cierre de ocho establecimientos de los casi 35 registrados, acosados por la crisis económicas y por los obstáculos derivados de unos trabajos que se debieron acometer por fases y uno de un solo golpe. El replanteo de las obras tuvo lugar en diciembre de 2009 y se señalaba el mes de agosto como la fecha para su culminación, tras el inicio en enero de 2010.

El presidente de la Asociación Local de Comerciantes e Industriales (Alcipc), Juan Carlos Arricivita, considera negativo el impacto de la obra, por la falta de alternativas en materia de aparcamientos que no sólo se da en esta zona sino que se han ido reduciendo en otras vías de la ciudad y advierte que el déficit de plazas de estacionamiento podría rondar las cuatro mil, con todo lo que ello implica para un municipio turístico. El déficit se podría incrementar en el caso de que se supriman los situados en la explanada del futuro parque marítimo o cuando se acometan otras remodelaciones viarias en el casco, que incidirá en la marcha del comercio y de la propia ciudad.

Se queja del incumplimiento de los plazos dados meses atrás para la reapertura de la calle, incluso el más reciente, como su disposición para la campaña de Navidad. Pone de relieve la necesidad de una mayor exigencia en los estándares de calidad en la ejecución de obras y esto sale a colación porque ya se han detectado fallos en trabajos precedentes en acerados y adoquinado de la calle Santo Domingo hasta la plaza del Charco.

La caída del volumen de negocio oscila entre el 60 y el 90 por ciento, según indicaron los veteranos comerciantes Ahmed Chamlal, Pedro Cabrera y Ramesh Gordham, de las calles Zamora y Quintana y Punta del Viento, respectivamente. En esa misma línea apuntan sus impresiones el resto de los empresarios y empleados del sector afectado.

Lo cierto es que la calle Zamora presenta un aspecto renovado, ganando en humanidad y seguridad vial, lo que profundiza en el concepto de ciudad habitable. Sin embargo, quedan pendientes de resolver las fugas de malos olores provenientes de las alcantarillas en Punta del Viento, como han señalado los vecinos y comerciantes, y pasar la prueba de fuego, por decirlo de alguna manera, de las lluvias, para determinar la efectividad del trabajo realizado en el trazado de las redes de aguas pluviales y funcionamiento de las alcantarillas o el propio drenaje de esta ya costosa calle, en la que el Dirección General de Infraestructuras Turísticas del Gobierno de Canarias ha desembolsado 1,5 millones de euros.