La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha acusado de "faltar a la verdad" a una testigo que proporcionó al acusado, su novio, una coartada falsa para eludir una condena por tenencia de explosivos. Por ello, le deduce testimonio por la posible comisión de un delito de falso testimonio.

El tribunal considera plenamente probado que Mikel Jiménez cometió el citado delito y ocultó material destinado a la elaboración de cócteles molotov debajo de dos coches estacionados en la localidad de Villaba (Navarra) en octubre de 2007.

Su novia, Jaoine Martínez, declaró durante la vista oral que esa noche, viernes, él se encontraba con ella en casa de los abuelos del condenado, en Palencia, donde pernoctaron de camino a Salamanca, lugar en el que tenía que tramitar unos papeles en la Universidad y donde permanecieron hasta el domingo en una pensión.

El tribunal asegura, no obstante, que la testigo no supo dar "con un mínimo de exactitud" detalle de los papeles que debía hacer y añade que es "extraño" de la secretaría universitaria esté abierta un sábado.

"Definitivamente no damos ninguna credibilidad a su testimonio porque, de ser ciertas esas gestiones que dice que realizó, bien podía haber presentado alguna documentación en la que quedara certeza de que estuvo en el lugar en el que dice que estuvo", dicen los magistrados.

La resolución asegura también que, en caso de no poder obtener esta prueba que daría veracidad a su relato, la testigo podría haber aportado el resguardo de su estancia en la pensión salmantina.

Todo ello permite al tribunal concluir que la testigo "falta a la verdad" por lo que ordena que se deduzca testimonio de su declaración y se remita al Juzgado Decano de Madrid ante la sospecha de que Martínez haya cometido un delito de falso testimonio, que lleva a aparejadas penas de entre seis meses y dos años de prisión.

Los magistrados han condenado al acusado, a seis años de prisión al considerar que Jiménez, como miembro de la organización juvenil Segi, tenía previsto utilizar artefactos incendiarios durante las fiestas patronales de la localidad.

El condenado escondió dos bolsas de plástico que contenían botellas con gasolina y ácido sulfúrico, además de un chubasquero y guantes de látex. La sentencia hecha pública este miércoles especifica que en ellos se encontró el AND de Jiménez.

"Consideramos que esta prueba permite confirmar, sin lugar a dudas, que los guantes de látex que aparecieron junto al material inflamable los dejó allí el procesado, quien, por lo tanto, depositó dicho material en el lugar en que es encontrado por la Policía", dice la resolución.