El conservador Aníbal Cavaco Silva, presidente portugués y candidato favorito a ganar las elecciones del 23 de enero, alertó hoy de la posibilidad de que estalle "una grave crisis" en Portugal y prometió mantener una actitud "exigente" frente al Gobierno.

En un mitin en la localidad norteña de Guarda, el jefe de Estado avisó de que la crisis puede propagarse en el país en el plano económico, social y político y defendió que su experiencia en altos cargos políticos es necesaria en el actual contexto.

Cavaco, de 71 años, es presidente de Portugal desde 2006 y fue primer ministro entre 1985 y 1995 por el centro derechista Partido Social Demócrata (PSD).

El mandatario luso insistió en la ventaja de contar con una figura que sepa gestionar "situaciones complejas, muy difíciles y situaciones que en este momento nadie consigue prever" y apuntó que su papel garantiza "el funcionamiento de las instituciones".

Portugal ha estado bajo la presión de los mercados la última semana -que llegaron a exigir más de un 7 % de interés en la deuda lusa a diez años-, por lo que las especulaciones sobre una necesidad de pedir ayuda financiara se dispararon.

Sin embargo, estos rumores fueron parcialmente disipados por el éxito de la subasta de Obligaciones del Tesoro hoy efectuada en la que la deuda a diez años de Portugal se situó a un 6,7 % de interés.

El presidente luso, que cohabita con el Ejecutivo socialista del primer ministro José Sócrates, avisó también de que "prestará una atención muy cuidada" de las leyes procedentes de la Asamblea de la República o del propio Gobierno.

El actual jefe de Estado es el claro favorito para ser reelegido y suma cerca de un 60 por ciento de apoyo electoral, según las encuestas, que otorgan alrededor del 30 % a su principal rival, el poeta socialista Manuel Alegre.

En un acto electoral en la región meridional del Alentejo, Alegre, que tiene el apoyo del gobernante Partido Socialista (PS) y el marxista Bloque de Izquierda (BI), atacó la gestión de Cavaco y aseguró que se ha convertido en "un factor de inestabilidad y deuda".

"Necesitamos un presidente (...) que sea leal con los otros órganos de soberanía y con la sociedad portuguesa, que está resistiendo las presiones y la ofensiva especulativa contra nuestro país", dijo.