El hecho de que el satélite "Planck", de la Agencia Espacial Europea (ESA), haya confirmado la existencia en la Vía Láctea de una radiación cósmica de microondas es una satisfacción para el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha dicho hoy el investigador Rafael Rebolo.

Rebolo, uno de los investigadores del satélite Planck y profesor de Investigación del Centro Superior de Investigaciones Científicas en el IAC, recordó que la emisión anómala de microondas en varias regiones de la Vía Láctea, entre ellas el complejo de formación estelar de Perseo, se detectó hace cinco años con el experimento español Cosmosomas.

La existencia de esta radiación anómala se considera la principal prueba del modelo que explica el origen del Universo por medio de la explosión del Big Bang.

Esa radiación se denomina anómala porque no hay una explicación sólida acerca de su existencia, si bien investigadores de la Universidad de Princeton (EEUU) consideran que se trata de moléculas carbonaceas que en el medio interestelar giran a una velocidad de miles de millones de vueltas por segundo.

Rafael Rebolo comentó que investigadores del IAC han encontrado evidencias de que el modelo propuesto por la Universidad de Princeton podría ser correcto.

El IAC contribuye a la misión Planck con varias aportaciones, como es el Reba (Radiometer Electonics Box) del instrumento LFI (Low Frequency Instrument), y del que miembros del Instituto de Astrofísica de Canarias son responsables del desarrollo de su hardware, en colaboración con la empresa española Crisa, así como del software de control y procesado de datos, ideado íntegramente por el equipo de ingeniería de software del IAC.

Los resultados de Planck, lanzado al espacio en mayo de 2009, son fruto del trabajo de más de 300 investigadores internacionales.

Los datos obtenidos por este satélite incluyen información de relevancia sobre la radiación de microondas emitida por el Big Bang, la Vía Láctea y otras galaxias, así como la detección de nuevas regiones donde se formarán estrellas, numerosos cúmulos de galaxias y una intrigante emisión de microondas anómala.