El encargado de la seguridad en el Senado de EE.UU. y ex jefe de la policía del Capitolio, Terry Gainer, advirtió hoy contra la idea de que los legisladores porten armas para protegerse, porque esa tarea recae en "profesionales" del orden público.

El tiroteo del sábado pasado en Tucson (Arizona), que causó seis muertos y 14 heridos, entre ellos la legisladora demócrata Gabrielle Giffords, ha desatado un debate nacional sobre la tenencia de armas y cómo mejorar la seguridad de los líderes políticos en el país.

A raíz de la matanza en Tucson, donde Giffords se reunía en las afueras de un supermercado con votantes de su distrito, algunos congresistas han sugerido en días recientes que comenzarán a llevar armas ocultas cuando estén en sitios públicos.

En programas de las cadenas televisivas ABC y MSNBC, sin embargo, Gainer consideró que no es buena idea que los miembros del Congreso porten armas para su protección personal.

"No creo que sea buena idea. Creo que debemos dejar la seguridad policial en manos de esos profesionales", dijo Gainer en declaraciones a la cadena televisiva ABC.

"Pero creo que hay cosas que podemos hacer para minimizar el riesgo en esos distritos, como por ejemplo trabajar con el personal y la policía local (...) y analizar la información sobre amenazas", agregó Gainer.

"He sido policía durante 42 años y no creo que ayude introducir más armas a la situación. Creo que hay otras maneras de responder al problema de los homicidios en EE.UU. y en esos distritos", enfatizó Gainer, al señalar que las amenazas contra miembros del Congreso y su personal han incrementado desde 2009.

El año pasado, por ejemplo, las autoridades registraron 49 amenazas sólo en el Senado, y el año anterior, 29.

Según Gainer, la mayoría de las amenazas son "más bien extrañas" y provienen de personas con conducta "errática", pero todas son investigadas conjuntamente con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

"Trabajando estrechamente con el FBI, el Servicio Secreto, los fiscales federales y la policía local, hemos logrado arrestar a ocho personas y éstas han sido enjuiciadas. Todavía hay seis casos pendientes", dijo Gainer a la cadena MSNBC, en relación con las amenazas.

El jefe de seguridad y protocolo del Senado de EE.UU. se reunirá mañana con el personal de la Cámara Alta precisamente para discutir formas de mejorar la seguridad de los congresistas cuando viajan a eventos fuera de Washington.

La policía del Capitolio, que cuenta con una fuerza de alrededor de 1.800 agentes, tienen a su cargo la protección de los 535 miembros del Congreso -435 en la Cámara de Representantes y 100 en el Senado- y vigilancia del complejo de edificios del Congreso.

Además, los principales líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras del Congreso también tienen la protección de al menos un policía, vestido de civil, en todo momento.

Según informó hoy el diario "The New York Times", Giffords estaba "extremadamente preocupada" por el aumento de la retórica incendiaria, especialmente después de que una persona no identificada había dejado un arma en uno de sus eventos con los votantes.

Dos días antes del tiroteo, John Troy Davis, un residente de Colorado de 44 años, había lanzado amenazas de violencia contra la oficina del senador demócrata Michael Bennet.

Al anunciar el arresto de Davis, el fiscal de Colorado, John Walsh, dijo que la lección de la tragedia en Arizona es que las autoridades "deben tomar con suma seriedad toda amenaza de violencia contra funcionarios electos, su personal, y otros empleados federales".