El médico de Michael Jackson, Conrad Murray, encargó dos centenares de dosis de propofol, el anestésico que causó la muerte del "rey del pop", durante los dos meses que precedieron al fallecimiento del cantante, según trascendió hoy en los tribunales.

El farmacéutico Tim López, de la compañía Applied Pharmacy Services de Las Vegas, testificó en la Corte Superior del condado de Los Ángeles en la vista preliminar sobre el caso Jackson y confirmó la venta de numerosos frascos con propofol y otros calmantes al doctor Murray.

Entre el 6 de abril y el 25 de junio, fecha de la muerte del artista, Murray encargó 255 dosis del potente anestésico hospitalario que los forenses encontraron en cantidades letales en la sangre de Jackson, según el testigo.

El médico hizo los pedidos a la compañía distribuidora de Las Vegas y los recibió en el domicilio de su novia en Santa Mónica, en Los Ángeles, donde residió durante el tiempo en el que atendió al "rey del pop" en esa ciudad, añadió.

López expuso su testimonio en la primera jornada de la segunda semana de la vista, en la que la fiscalía trata de demostrar que existen pruebas suficientes para llevar a juicio a Conrad Murray con cargos de homicidio involuntario por la muerte de Jackson.

Según la acusación, el doctor descuidó la atención de su paciente, demoró conscientemente el aviso a los servicios de emergencia cuando se percató de que Jackson estaba inerme y ocultó que el artista había sido inyectado con propofol.

Los abogados de Murray, aunque todavía no han expuesto cuál será la base de su defensa, plantearon el viernes la posibilidad de que el cantante se hubiera autoadministrado la dosis de medicamentos que acabó con su vida.