Un avión de la compañía nacional iraní IranAir con más de un centenar de personas a bordo se estrelló ayer en el noroeste de Irán, al parecer debido a la tormenta de viento y nieve que azota la zona. Según las primeras informaciones aportadas por la agencia de noticias semi-estatal Fars, al menos setenta personas no habrían sobrevivido a la tragedia tras haber sido rescatadas unas treinta entre el fuselaje y la nieve.

Todos los supervivientes fueron trasladados a distintos hospitales de la zona, mientras que los servicios de rescate y socorro continuaban al cierre de esta edición trabajando en el lugar del siniestro pese a que ya había caído la noche, explicó un portavoz oficial.

Había niebla

El accidente ocurrió sobre las 19:45 hora local (16.15 GMT) cerca del lago Urumiyeh, próximo a la frontera con Turquía, cuando el aparato se disponía a aterrizar entre la niebla, informó el presidente del Centro Estatal de Emergencias de Irán, Gholam Reza Masumi.

El responsable corrigió la cifra de 156 pasajeros anunciada primero por la televisión estatal y aseguró que a bordo del aparato viajaban 105 personas además del personal de vuelo. "Los detalles de la tragedia serán comunicados en breve", agregó Masumi, citado por la televisión estatal IRIB.

El avión había partido ayer por la tarde del aeropuerto nacional de Mehrabad, en el sur de Teherán, con más de una hora de retraso debido a los problemas de visibilidad y frío en la ruta de los que había informado la torre de control de Urumiyeh.

Los accidentes aéreos son relativamente frecuentes en Irán, debido sobre todo a la precariedad de su flota aérea, anticuada y sometida, como el resto del país, a un embargo internacional que le impide comprar piezas de repuesto originales.

El último de gran envergadura ocurrió en julio de 2009 cuando un Tupolev de la compañía Caspian Airlines en ruta entre Teherán y Yerevan, capital de Armenia, y con 156 personas a bordo se estrelló cerca de la ciudad septentrional iraní de Qazvin.

En el accidente, causado por el incendio de uno de los motores en vuelo, perdieron la vida todos los ocupantes del aparato de fabricación rusa. En otra catástrofe ocurrida en febrero de 2003 un total de 276 personas, la mayoría efectivos de la Guardia Revolucionaria, cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes, perdieron la vida al estrellarse el avión Ilyushin-76 que les trasladaba desde la capital a una zona montañosa del noreste del país para realizar unas maniobras.