La crisis económica es uno de los factores que contribuyen a inducir obesidad en la población porque los alimentos más baratos en el mercado suelen ser los más calóricos y porque la actual coyuntura de la economía aumenta los problemas de adaptación psicológica o emocional.

Así lo ha asegurado el jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Carlos Haya de Málaga, Federico Soriguer, quien sostiene que la merma de recursos económicos influye negativamente en la dieta, lo que resumió en que "una hamburguesa es más barata que dos manzanas".

Sin trabajo físico

El investigador afirma que "el tiempo libre que la crisis genera en los parados es falso" y argumenta que este tiempo es "negativo", y resulta "difícil que alguien lo utilice positivamente". Soriguer, que coordina un estudio de ámbito nacional sobre la prevalencia de la diabetes, manifestó que la crisis económica también pospone el "gran esfuerzo que supone enfrentarse a la reconstrucción cultural", que queda en "un segundo plano".

"El cuerpo necesita trabajar en sentido mecánico", y es "imposible hacer deporte sin tiempo libre", manifestó el endocrinólogo, quien apuntó que la crisis ha roto la "conquista" de las 35 horas semanales. En España, el 18 por ciento de la población es obesa, y tiene un índice de masa corporal (IMC) -se obtiene al dividir el peso por la estatura al cuadrado- superior a 30, lo que sitúa a nuestro país entre los que tienen mayor prevalencia de obesidad.

Federico Soriguer defendió la necesidad de que se lleve a cabo un proyecto de "reconstrucción" del modelo social y cultural", pues la estrategia para reducir la obesidad "no puede ser únicamente un consejo".

El proyecto "no debe ser sanitario, sino político", opinó Soriguer, quien citó como modelo a seguir a Holanda y los países nórdicos, donde se usa más el transporte público y la bicicleta, hay más gimnasios públicos en los barrios y espacios para jugar.

También destacó la importancia de la educación, ya que la variable que más se asocia con el riesgo de ser obeso es el nivel de estudios, de manera que una persona sin estudios tiene un riesgo cuatro veces mayor que un universitario.

La relación con la comida es "un proceso de construcción cultural, no sólo biológico", según el facultativo, quien reconoció que es complicado abordar este asunto en España porque en el mediterráneo "se ha vivido alrededor de la mesa", precisó sobre la rica cultura gastronónima española.

Sobre la obesidad infantil, manifestó que los niños obesos "pasarán su vida luchando con su peso".

Además de la mejora de la salud, la reducción en un 50 por ciento del número de obesos y, por consiguiente, de hipertensos y diabéticos, supondría un "gigantesco" ahorro sanitario, indicó el jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Carlos Haya de Málaga.