MEDITACIONES en voz alta: AENA es una empresa estatal fundada en 1990 -no recuerdo quién mandaba entonces-, cuya carta fundacional la define como un monopolio puro y duro; incompatible, por lo tanto, con un Estado de derecho; sin parangón en ningún país normal de nuestro entorno.

Pernicioso es que desde sus principios haya actuado con el despotismo, prepotencia y endogamia propios de su condición feudal. Pero los dos últimos años, bajo los auspicios y presidencia del Sr. Lema, han sido demenciales. ¡Atención!, en dicho espacio de tiempo se ha generado en AENA una deuda de ¡¡¡catorce mil millones de euros!!! Así lo ha reconocido la propia entidad. Es una cantidad salvaje, capaz de salvar, o destrozar, la economía de cualquier país. El despilfarro sistemático y la filosofía de Juan Palomo han permitido enriquecerse a directivos y gestores del ente, cuyos contratos blindados y percepciones fastuosas merecerían una auditoría instada en vía penal. Quizá empalidecieran los sueldos de los controladores.

Permítaseme un símil en el que apoyar mi testimonio: ¿alguien ha visto, in situ o en fotos promocionales, la nueva torre de control de Los Rodeos? ¿Alguien sabe que lleva más de dos años construida, pero que es inoperativa y que jamás podrá funcionar por defectos de construcción, diseño, materiales y operatividad y tiene que ser demolida? ¿Alguien sabe la fortuna que representa este pequeño detalle? ¿Quién explica por qué no puede inaugurarse la nueva terminal de Tenerife Sur? ¿Quién me creería si dijera que estos no son casos aislados ni excepcionales, y que aquí no pasa nada por esta resignación colectiva que se nos ha inoculado a machamartillo?...

Lo que más me afectaría, si fuera periodista, es que toda la difusión informativa que se ha desplegado contra los controladores no se aplicase ahora, con el mismo énfasis, sobre el avanzado estado de putrefacción interna de AENA y de su connivencia con el Ministerio de Fomento.

Creo que los profesionales de la información tienen el deber moral de investigar al ente, contrastar los datos recabados y divulgarlos sin que nadie les dirija campaña orquestada alguna, ni a favor ni en contra. Como primera medida deberían ofrecer a la opinión pública los sueldos y contratos de los directivos de AENA. Por tratarse de dinero público, al igual que el de los controladores, no es información protegida por la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos), sino que es un derecho de la ciudadanía conocer dichas cantidades. Después podría seguirse con la indagación de los contratos de obras, concursos, licitaciones, expropiaciones, la relación de la todopoderosa "Construcciones San José" con los dirigentes de Fomento y de AENA, las incompatibilidades de cargos entre ambos organismos… En fin, que se requiere un acto de periodismo íntegro y libre para abordar un grave problema, cuya resolución permitiría sustituir muchos de los lamentables recortes económico-sociales propiciados por una gestión política tan depravada.