El juez de Violencia sobre la Mujer Luis Ocaña ordenó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del empresario José Miguel Suárez Gil, por un delito de amenazas, dos de detención ilegal y otro de tenencia ilícita de armas, según el auto que ha dictado tras tomarle declaración durante la mañana del viernes y después de que el jueves, hiciera lo propio ante el juez de guardia.

Suárez Gil, que, según el auto, ha declarado que presenta una "amnesia temporal que le impide recordar lo sucedido", fue detenido el pasado martes tras presuntamente amenazar y encañonar con una pistola a su esposa, la abogada penalista Josefina Navarrete, quien había acudido ese día en compañía de una amiga a la casa de Tafira Baja que ambos compartieron, con el fin de retirar sus enseres personales, pues existían problemas en la relación de la pareja. El magistrado del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número Dos de Las Palmas de Gran Canaria ha imputado a Suárez Gil los delitos de amenazas, detención ilegal y tenencia ilícita de armas, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en un comunicado.

Prohibido comunicarse

Tras declarar ambos en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, el juez ha decretado para el que fuera parlamentario regional y presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas la prohibición de comunicación directa o indirecta con Josefina Navarrete mientras se tramita el proceso, señala el auto judicial. Ante esta resolución se podrá interponer un recurso de reforma en el plazo de tres días y de apelación en cinco. Según el auto, el Ministerio Fiscal interesó la puesta en libertad del empresario con prohibición de acercamiento, mientras que la acusación particular, ejercida por el abogado José María Palomino, la prisión preventiva ante la posibilidad de que pueda tener "escondidas o guardadas" más armas de las que le fueron intervenidas en su domicilio -entre ellas once fusiles-.

El letrado, por ello, expresó su satisfacción por la medida de privación de libertad acordada por el magistrado. Para la acusación particular, la medida de alejamiento solicitada por la acusación pública era insuficiente para garantizar la seguridad de Navarrete, señala el auto.

Navarrete, tras conocer la decisión judicial, manifestó sentirse una mujer "privilegiada" por haber conseguido salir con vida de lo sucedido y por la formación y medios de que dispone, pues le permiten "una serie de resortes que no tienen muchas mujeres", afirmó. Así mismo, la abogada dijo que ha podido comprobar que se trata de "una situación que se puede presentar en cualquier momento, sin preaviso ni razón aparente, y puede afectar a cualquiera". Según Navarrete, cuando ocurrieron los hechos su amiga pudo avisar al 112 y evitar un "desenlace fatal", por lo que consideró que la colaboración de terceras personas es "fundamental" en los casos de violencia de género. La letrada también quiso destacar la actuación "brillante" de la Policía por el trabajo efectuado.

El empresario se puede enfrentar a una pena de prisión de entre cuatro y seis años por el delito de detención ilegal de su mujer, que para el caso de la amiga sería de una pena inferior, así como hasta dos años de cárcel por el delito de amenazas, apuntó Palomino. Suárez Gil fue trasladado desde el centro penitenciario hasta el juzgado para declarar.