Pakistán y Afganistán han convocado una asamblea de paz conjunta para facilitar el proceso de diálogo con los grupos insurgentes afganos, informó hoy una fuente ministerial.

La asamblea tradicional contará con la presencia de representantes de ambos países pero aún no se han determinado ni la fecha, ni el lugar, según la fuente.

Pakistán y Afganistán, con una compleja relación histórica plagada de recelos a causa de los conflictos que han sacudido a la región, acordaron también establecer una "comisión consultiva" conjunta sobre el proceso de diálogo en Afganistán.

La decisión se ha tomado durante la visita a Islamabad de representantes del consejo de paz creado por el presidente afgano, Hamid Karzai, para poner en marcha el proceso de diálogo con los grupos insurgentes.

La nutrida delegación, liderada por el ex presidente Burhanudín Rabbani, se ha reunido con la cúpula civil y militar paquistaní y ayer asistió a un banquete en su honor ofrecido por el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, que estuvo de visita en Kabul a principios del pasado diciembre.

"Sólo Afganistán y Pakistán pueden trabajar juntos en una solución para los problemas regionales", dijo anoche Guilani a los delegados, según un comunicado oficial.

Afganistán celebró en junio de 2010 una asamblea de paz convocada por Karzai para establecer la hoja de ruta en el diálogo con el movimiento talibán y otros grupos insurgentes.

En la Conferencia de Kabul, celebrada un mes después, sus socios extranjeros dieron el visto bueno a este plan y Karzai creó el consejo que debía liderar el proceso, que prevé la reintegración, con fondos internacionales, de unos 36.000 insurgentes.

El Gobierno afgano también planea negociaciones con la cúpula talibán, pero pese a los constantes rumores de encuentros en las islas Maldivas o países del mundo árabe, durante las últimos meses el proceso no ha sido objeto de intenso debate público y los insurgentes siguen negando que existan contactos.

Afganistán ha culpado en muchas ocasiones a Pakistán de los problemas en su país y ha denunciado que la insurgencia sigue encontrando abrigo en las áreas tribales de Pakistán.

Karzai tenía una pésima relación con el ex presidente paquistaní Pervez Musharraf, pero con su sucesor, Asif Alí Zardari, empezó un lento deshielo de las complicadas relaciones afgano-paquistaníes.