LA MISA de fin de año en El Cairo, en una iglesia cristiana copta, fue escenario de un criminal atentado llevado a cabo por los islamo-nazis del grupo integrista y terrorista Al Qaïda y que ha ocasionado más de veintiún muertos y 79 heridos. El gobierno egipcio es en parte culpable por no perseguir a este grupo terrorista internacional y sus apoyos cuando se han distinguido últimamente en los ataques contra los coptos, que representan el 10% de la población egipcia y son los verdaderos descendientes del pueblo egipcio, el cual fue ocupado y colonizado por las primeras invasiones árabes que impusó a la fuerza el Islam.

Los coptos dicen que fueron cristianizados en el año 42 por el apóstol San Marco, que vivía en Jerusalén en tiempos de Cristo, pero era de origen libio y hablaba la lengua amazigh, el cual vino a la tierra de los faraones a predicar el evangelio y hablaba la lengua que conocía el pueblo, el bereber oriental que hoy solo se habla en el oasis de Siwa, el oasis de Amón, junto a la frontera de Libia. Afirman que San Marco construyó la primera iglesia en Alejandría. Se consideran el primer pueblo cristianizado y saben que cuando los padres de Jesús de Nazaret tuvieron que huir a Egipto, allí fue donde Jesús aprendió en su juventud toda la filosofía y los conocimientos y tradiciones religiosas del antiguo Egipto, como se pudo ver después en sus enseñanzas. En mis viajes a Egipto conocí a familias coptas y tuve amigos que me contaron las persecuciones que han sufrido durante siglos por parte de los musulmanes. En el interior de las familias coptas no se habla nunca el árabe, sino el copto y el francés, aunque conocen el inglés y el árabe de la calle.

Cuando llegaron los árabes en el s.VII y conquistaron el país de los faraones, cansados de la ocupación romana y bizantina y de las luchas religiosas que azotaron los siglos VI y VII, los invasores les dijeron que "todos tienen que convertirse al Islam por las buenas, los que no lo acepten deberán pagar un impuesto especial si quieren guardar su religión, los que no tengan dinero y se nieguen a ser musulmanes serán todos pasados a cuchillo". Las comunidades cristianas, es decir, los coptos que tenían medios y las comunidades judías, pagaron el impuesto y aún lo conservan, los pobres se tuvieron que convertir a la fuerza y los que se resistieron fueron pasados a cuchillo. Los califas árabes y después los turcos garantizaban el culto de dichas religiones mientras siguieran pagando el impuesto sus comunidades.

El gobierno egipcio actual considera al país como el centro de la Liga árabe, y cuando hablan sus presidentes lo hacen siempre en nombre de los setenta millones de musulmanes, ignorando que el 10% de la población es cristiana. Los musulmanes egipcios siempre han hecho todo lo posible por acabar con los coptos, pues saben que es una comunidad bien estructurada, de donde salen miles de intelectuales y cuadros del país y les molesta su existencia, que se remonta a miles de años, pues son los verdaderos africanos que en la antigüedad construyeron las pirámides y la primera cultura de la Humanidad. Las cosas contra los coptos empezaron a ponerse mal con la llegada de Nasser y su política de nacionalización de los años sesenta. Después, con la llegada del presidente Sadate, fue peor, ya que definió a Egipto como un pueblo musulmán e impuso la instrucción religiosa obligatoria y permitió la subida del integrismo en el país, con lo que aumentó la inseguridad de la comunidad copta y de los judíos que vivían en Egipto. Uno de los coptos más conocidos internacionalmente fue el antiguo secretario general de la ONU Boutros Boutros-Ghali. El parlamento egipcio de 454 diputados no cuenta sino con un representante, cuando su población es el 10% del país. Hasta el siglo XII su población era mayoritaria, y eso no se dice en los manuales de historia egipcia. Hoy en día, el gobierno sigue la política de atacar bajo cuerda a estos cristianos y de impedirles el culto normal. En una reforma que se prepara ahora, el gobierno piensa dar tres plazas solamente en una nueva cámara de 508 diputados. La comunidad copta está harta ya después de veinte años de violencia islamistas. El 4/2/92, catorce muertos, trece cristianos y un musulmán, en un choque en el pueblo de Manchiet Nasser. 17/2/97, atentado contra una iglesia en Abou Qourquas, nueve muertos civiles coptos. 3/1/2000, veintitrés cristianos son asesinados en el pueblo de Al-Kocheh, en un choque entre cristianos y musulmanes. 14/4/2006, un obrero musulmán ataca tres iglesias en Alejandría. Un copto de 78 años muere. 31/5/2008, asalto contra un monasterio a Malaoui, Alto Egipto, cuatro coptos y dos monjes heridos por bala, otros tres monjes son secuestrados por la noche. 6/1/2010, seis coptos y un policía mueren en Nagaa Hamadi cuando tres desconocidos abren fuego contra una multitud en una calle durante la Noel. 24/11/2010, choques entre manifestantes coptos y la policía en una manifestación porque el gobierno impide construir una iglesia en el barrio del suroeste de El Cairo; mueren dos coptos. De todos estos acontecimientos no hay sentencias, lo que hace que suba el clamor de los coptos contra el gobierno musulmán.

Nuestro partido independentista, el Congreso Nacional de Canarias (CNC), condena estos actos de terrorismo contra los coptos de Egipto y exige del gobierno árabe y musulmán de El Cairo que se acaben de una vez estas persecuciones contra este pueblo africano que creó la mayor civilización de la historia.

Hay que explicar que el integrismo islámico moderno surge, sobre los bordes del Canal de Suez, en la ciudad de Ismailía, hacia 1929, fundado por el fanático visionario Hassan El-Banna, el cual muere bajo las balas de la policía del rey Faruk en Egipto, en febrero de 1949. Posteriormente, sus partidarios fueron apoyados por los grupos de refugiados nazis, criminales de guerra alemanes, que se refugiaron en Egipto sobre todo, donde obtuvieron pasaportes árabes y grados en los respectivos ejércitos árabes. Como es lógico, todos estos nazis vehicularon sus ideas antisemitas y ateas en contra de los judíos e Israel y sus hijos siguieron expandiendo las ideas racistas de Hitler, Himmler y otros nazis y el odio a los países que combatieron a Alemania.

En un libro publicado en Francia, "L´enigme Al-Qaïda" (París, 2005. J.C. Lattés), Alain Bauer y Xavier Raufer hacen un estudio de esta organización. La conclusión final es que los seguidores de Bin Laden, el multimillonario saudí que dirige Al Qaïda, creen que existen monstruosas injusticias cometidas contra los musulmanes y que el mundo moderno actual está degenerado, reina el caos por todas partes y que este mundo no tiene remedio, el cual solo se puede salvar por su religión; que existe un conflicto cósmico entre el bien y el mal representado por Occidente; en una palabra, el apocalipsis que se acerca y que con el sacrificio de los suicidas kamikazes el mundo encontrará un sentido y volverá la luz, gracias a Allah.

No hay que olvidar que los islamistas de Al Quaïda vienen de los Hermanos Musulmanes, extremistas islámicos egipcios que tienen como profeta al imán chiita iraní Jomeini, el cual en su testamento exhorta a los musulmanes a recuperar todas las tierras del Islam, entre otras, Al Andalus y la mezquita de Córdoba, aparte de Jerusalén, capital antigua y moderna del Estado de Israel, así como la eliminación física de todos los judíos, como decían en los años cuarenta los nazis alemanes. Los Hermanos Musulmanes y sus diversas ramas basan todo en su odio a Israel, a las democracias y a las otras religiones, como la cristiana y, especialmente, la copta, y aquellos que los critican o hacen algún libro, como el escritor indio Salman Rushdie, son condenados a muerte.

Con este discurso radical engañan a jóvenes musulmanes, que se suicidan no solo en Europa, Madrid, Londres, sino también en países musulmanes, como sucedió en Indonesia (atentado en Bali), en Marruecos y en Argelia, así como en Egipto (atentados en lugares visitados por los turistas, templos egipcios e iglesias coptas).

El presidente Nasser, aunque defensor del islamismo y de la Liga árabe, viendo no obstante el peligro, reprimió duramente a esta hermandad secreta que quería acabar con el Estado moderno preconizado por Nasser para instaurar la Sharía o ley coránica. Pero en los años setenta, la congregación se extendía poco a poco por toda la Umma -la comunidad de pueblos islámicos- para exigir la aplicación íntegra de la Sharía en todos los países donde hubiera una población islámica.

La sección persa de los Freres Musulmanes (FM), en Egipto, tenía por el año 1963 un dirigente que empezaba a ser conocido, llamado el imán Khomeiny, mientras en El Cairo el predicador egipcio Abdelhamid Kichk se hacía famoso por sus sermones, a partir de 1964, desde la mezquita de Ain-el-Haya. "La fuente de los males de los musulmanes reside en el abandono de la Sharía. Hay que reimplantar la ley musulmana para que el Islam recupere su antigua fuerza", decía el imán-predicador. En el Sudán, estas ideas han destruido dicho país durante 35 años, con una terrible lucha del norte musulmán y árabe contra el sur, africano, cristiano y animista. El genocidio de Darfur es la última prueba flagrante.

En estos días, domingo 9, se va a proceder a un referéndum para la división del mayor país de África, Sudán, en dos países, división que tiene que surgir necesariamente por esta lucha religiosa que viene azotando al país desde la independencia, aunque tenemos dudas sobre la veracidad del resultado, conociendo de lo que es capaz el régimen islamista de Khartum.

Todas estas ideas iban a ser vehiculadas en Argelia a través de miles de egipcios que contrató el gobierno del presidente Chadli para enseñar el árabe en las escuelas. La mayoría de ellos no tenían título ninguno ni habían enseñado nunca; lo único que sabían era árabe y el Corán, pero eso bastaba para imponer esta lengua a los jóvenes argelinos que no se consideraban árabes y que hablaban el berber, thamazigh o el magrebí, dialecto del Magreb, mezclado con palabras españolas, francesas, maltesas, italianas, árabes y berberes.

El FLN gubernamental, distinto del de la revolución, quería imponer una lengua única, un partido único y una religión controlada por el Ministerio de Habbus, y, sin darse cuenta, como un caballo de Troya, estaban metiendo al enemigo en su casa y en la región norte africana. La verdadera cultura argelina africana, democrática y berberófona era ignorada y constituía, incluso, un delito hablar de ella. Una ola de terrorismo cultural se va instalando en el país, favorecida por los círculos religiosos, sobre todo en las zonas berberófonas. Los pocos intelectuales que se oponen a esta corriente, como mis amigos Mouloud Mammeri, Kateb Yacine y otros, son alejados de la Universidad y criticados en prensa y radio. Aquellos revolucionarios que denuncian a los ulemas (grupo religioso argelino) por no haber apoyado la revolución de 1954, sino posteriormente, cuando iba ganando, son alejados o reprimidos. El antiguo coronel de la revolución Ben Tobal, hablando de los ulemas, decía: "Su lucha puede resumirse en las demandas de construcción de mezquitas". No hay que creer que el fanatismo religioso se introdujo en Argelia, Túnez o Marruecos de una manera fácil sin que hubiese reacción; muy al contrario.

Un pensador marroquí como Mohamed El-Jabry dice: "Culturalmente, nosotros, los musulmanes, vivimos aún en el siglo XIV. Tendríamos necesidad de un Descartes, de un Bacon, de un Ibn Khaldum, de un Karl Popper". En Túnez, el doctor de la Facultad de Medicina, en 1982, Moncef Marzouki escribe: "El árabe se desprecia, desprecia su real, porque sabe que este real es un tejido de mentiras. Mentiras de la política, de la información, de los intelectuales...". El doctor Marzouki, analizando la historia de los tres primeros califas sucesores de Mahomet, explica lo que todo el mundo sabe pero nadie quiere recordar: que murieron asesinados por sus partidarios creyentes. Continúa diciendo en su citado libro "Por qué los árabes no irán a Marte" (Ediciones Errai): "Nuestro pasado no es sino una serie de complots y de guerras. Ha comenzado por el asesinato de Omar, pasando por los de Osman, de Alí, de Hussein... Fue un período de esclavitud y tiranía... Ignoramos casi todo de aquellos que han sido oprimidos, crucificados y muertos para que la cara de la verdad no sea desvelada".

Actualmente han surgido en toda el África del Norte intelectuales y luchadores que quieren acabar con todos los radicalismos y reestudiar la historia del África y preparar una nueva civilización para acabar ante todo con el colonialismo que aún resta en esta zona: el colonialismo español y los viejos restos culturales coloniales. Este siglo XXI será el año de las identidades, como dice el dirigente político kabil Ferhat Mehenni, presidente del MAK, en su libro "Le siècle identitaire. La fin des états postcoloniaux", publicado el pasado noviembre en París.

En Túnez, el pueblo está saliendo a la calle estos días debido al paro y a la falta de democracia, controlada la política del país por el partido único del presidente Ben Ali. En Marruecos, los partidos políticos se preparan para una lucha contra la presencia del colonialismo español de la monarquía medieval española en las ciudades ocupadas de Ceuta, Melilla, islas Chafarinas y los peñones presidios y tenemos esperanzas de que, por fin, se pueda acabar con la presencia colonial española en el país vecino.

En Canarias, como era de esperar, la corona española se ha negado rotundamente a cumplir el mandato de la ONU para descolonizar todas las colonias antes del 31 de diciembre pasado. Empieza un nuevo año en esta colonia española y las radios, televisiones y periódicos españoles de diferentes tendencias afilan sus navajas para atacar a los independentistas y a periódicos independientes como El DÍA, y la ya conocida radio enemiga de la independencia, radio San Borondón de César, que no Julio, ha lanzado desde el lunes 3 de enero de 2011 a las ondas su nuevo editorial "antiindependentista" en defensa del colonialismo español, disfrazándose de izquierdas, más bien zurdo, trajinando a su manera para este sábado hacer una reunión en Geneto, en la isla tinerfeña donde está su San Borondón, esa isla fantasma que no existe, a pesar de sus esfuerzos, porque es un espejismo igual que él, asamblea donde espera reunir en un frente amplio -siguiendo órdenes de Madrid- a todos los antiindependentistas de la isla tinerfeña para después seguir en las otras islas con este plan, con el aplauso de la corona española, que a lo mejor le vuelve a proponer este año para el premio del Príncipe de Asturias que no obtuvo hace dieciséis años.

Ahora le ha dado a dicha radio del CCPC, mal llamada por el cesar la Voz del Pueblo Canario, y a unos cuantos zurdos más -que así se llama la nueva izquierda canaria- intentar buscar un frente amplio con grupos "Sí se puede, no se puede", con asambleas de amigotes que luchen descaradamente contra las justas y legítimas aspiraciones del pueblo canario a favor de la independencia. Se ha pasado su director estas vacaciones buscando partidos españoles que lo apoyen o subpartidos, como el PSOE-GAL dividido y subdividido en Canarias, a ver si le subvencionan, yendo incluso al parlamento mal llamado canario a limosnear algunos dineros, pero como no lo ha conseguido ahora está buscando el apoyo de IU (Izquierda Unida y CCOO), partido español zurdo, que tratándose de la independencia de Canarias tiene posiciones similares a las del PP o del PSOE-GAL, siguiendo la vieja línea de la izquierda europea, que allá en Europa puede adoptar posiciones progresistas, pero que en las colonias siempre defenderá a su metrópoli, aunque haya cientos de miles de muertos en una guerra de liberación, como pasó en Argelia. Lo peor es que este partido IU, al atacar a los independentistas canarios, defiende a la corona española, por lo que pensamos que este año sea nominado para el premio Príncipe de Asturias.

En esta parte del África colonial española, el gobierno de Madrid va a proceder a una mascarada de elecciones en el mes de mayo para garantizarles los puestos y enchufes a los partidos españoles y, sobre todo, a los autonomistas de Coalición Canaria (CC), que tan perfectamente bien están sirviendo a la corona. Nuestro partido independentista, el Congreso Nacional de Canarias (CNC), brazo político del Movimiento de Liberación Africano, preconiza la abstención de los patriotas canarios para no perder el sentido único de nuestra lucha en este año 2011, que es la independencia de Canarias, ganando las calles con huelgas y manifestaciones en este nuevo periodo de lucha que se nos presenta obligado por las circunstancias.

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