El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, anunció hoy el fin de la era de la marginación y el aislamiento de algunos sectores en Irak, donde, según él, ahora todos participan en garantizar tanto la seguridad como la independencia.

"La política de marginación y aislamiento, así como de la manipulación de otros ya se ha acabado. Todos participan actualmente en un bonito mapa nuevo para garantizar la seguridad en el país", dijo Al Maliki en el discurso por el 89 aniversario del establecimiento de la Policía iraquí.

Las palabras del primer ministro coinciden hoy con un discurso del clérigo radical chií Muqatada al Sadr, que volvió hace tres días a Irak tras una ausencia de más de tres años, en el que pidió apoyo para el Ejecutivo iraquí e instó a la unidad de los ciudadanos.

Su milicia, el "Ejército del Mahdi", se opuso duramente en el pasado a las fuerzas iraquíes y estadounidense, aunque al final suspendió sus actividades.

Por otro lado, Al Maliki dijo que a partir de ahora la labor de las fuerzas de seguridad será más fácil porque "serán apoyadas por todas las instituciones que se han formado en conformidad política", y recordó que antes "vacilaban en detener a las guerrillas por temer a los organismos que las apoyaban".

También advirtió de que cualquier fallo de seguridad "va a abrir la puerta a la vuelta de hombres armados, cosa que no vamos a permitir" y subrayó que "el Ministerio de Interior va a someterse a una intensa observación por parte del Gobierno".

"Construir la infraestructura, las inversiones de proyectos, ofrecer servicios a los ciudadanos y conseguir la soberanía nacional no se pueden lograr sin estabilidad en la seguridad", destacó.

La Policía iraquí se estableció el 9 de enero del 1922 y fue disuelta en el 2003 por el entonces administrador civil para Irak, el estadounidense Paul Bremmer, tras la invasión de EEUU en marzo de ese año.

Poco después fue restaurada y alcanzó los 500.000 efectivos repartidos en el país.