Un terrorista suicida causó la muerte ayer de al menos 17 personas al atentar contra un alto mando de la Policía que se encontraba en unos baños públicos en el conflictivo sur de Afganistán, donde los civiles están sufriendo la escalada del conflicto contra la insurgencia talibán.

El ataque ocurrió en torno a las 12.00 horas locales (06.30 GMT) en unos "hammam" (baños públicos) de la localidad de Spin Boldak, situada cerca de la frontera con Pakistán y cabecera de un distrito homónimo de la provincia afgana de Kandahar, según explicó a la agencia AIP un portavoz del Gobierno regional.

De acuerdo con esta versión, el objetivo del ataque era el comandante de la Policía fronteriza Haji Ramzan Akram, único agente que falleció en el suceso, que se cobró la vida de otras 16 personas, todas ellas civiles, al igual que los 23 heridos.

Una fuente de este cuerpo de seguridad consultada por Efe sostuvo en cambio que entre los heridos hay también dos policías, aunque no detalló esta afirmación.

"No hay un objetivo aparente. Sólo la gente común", subrayó la fuente, que precisó que el suicida se desplazaba a pie.

Autoría talibán

Por su parte, el portavoz talibán Qari Muhamad Yousaf Ahmadi atribuyó al movimiento insurgente la autoría del ataque, pero aseguró que en el suceso murieron 18 personas y todas ellas eran miembros de las fuerzas de seguridad, según recogieron los medios afganos.

Los sucesos violentos son especialmente frecuentes en el cinturón suroriental de Afganistán, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes.

Las fuerzas internacionales, con EEUU a la cabeza, lanzaron en 2010 sendas grandes operaciones contra bastiones de los integristas en las provincias sureñas de Helmand y Kandahar en un intento de dar un impulso a la resolución de un conflicto cada vez más expandido por todo el país.

El año pasado fue el más mortífero para las tropas extranjeras desde la invasión de EEUU y la caída del régimen talibán en 2001 (711 muertos). No obstante, las víctimas civiles salen mucho peor paradas.

Al menos 2.043 civiles murieron y 3.570 resultaron heridos en actos violentos en 2010 en el país centro-asiático, según datos difundidos esta semana por el Ministerio afgano del Interior, que pese a no ofrecer datos del año previo certificó que se registró un aumento.