Se cumplió lo prometido. Los Reyes Magos de Oriente llegaron al Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife como por arte de magia. Pocos segundos después de que un vídeo proyectado en el estadio capitalino mostrara a Sus Majestades desvanecerse en el aire tras salir de un helicóptero de las fuerzas armadas, Melchor, Gaspar y Baltasar se materializaron misteriosamente en una celda que instantes antes se encontraba vacía.

La aparición de los Magos de Oriente desató el delirio de los miles de niños presentes en el recinto -y también de sus entusiastas padres-, que hasta entonces asistían con moderada curiosidad al espectáculo musical y coreográfico organizado para dar la bienvenida a los protagonistas de la noche que, para los pequeños de la casa, es la más maravillosa del año.

"¡Melchor, un beso!", "¡Gaspar, aquí!", "¡Ven, Baltasar!", gritaban niños y progenitores, dominados por una vehemencia desbordante que les llevó a invadir el césped del Heliodoro, un episodio que no se vivía en el estadio desde hacía años. Tantas eran las ganas de estar cerca de Sus Majestades que estos tuvieron alguna dificultad para atender sus peticiones.

Pasadas las seis y media de la tarde, los Reyes abandonaban el campo de fútbol y media hora más tarde daba comienzo la gran cabalgata por las calles de la ciudad. Entre una multitud de niños y grandes -coronada con globos que representaban a populares personajes de dibujos animados, entre los cuales destacaba un omnipresente Bob Esponja-, la comitiva real -formada por los camellos en los que montaban los Magos, carrozas de todo tipo, un camión de bomberos y hasta un rebaño de ovejas- recorrió las principales vías de la capital obsequiando con caramelos a los presentes para dirigirse a su destino final: la plaza de La Candelaria, donde los monarcas de Oriente adoraron al niño Jesús y recogieron las cartas de los más pequeños.

Magia e ilusión presidieron también el paso de los Reyes Magos por La Laguna. La cabalgata de la ciudad de Aguere resultó muy solemne, no solo porque el buen tiempo acompañó, sino por la cantidad de público que se congregó en el municipio y las novedades que presentó este año por empezar los actos conmemorativos de su primer centenario que se cumplirá el próximo año, y que convierten este cortejo en el más antiguo de Canarias y el cuarto de España.

Después de disfrutar con actos de animación infantil y las exhibiciones de los Bomberos de Tenerife, los niños se reencontraron con Sus Majestades de Oriente, que llegaron al aeropuerto de Los Rodeos a bordo de un avión de la compañía Islas Airways, que pasó bajo arcos de agua que formaron los bomberos.

La gran novedad de la cabalgata tuvo lugar en el santuario del Cristo de La Laguna, donde, después de perderse hace 80 años, los Reyes Magos adoraron al Niño de los Afligidos, que hizo traer de Génova en 1732 Nicolás Saviñón y que se libró del incendio que destruyó el convento de San Miguel de Las Victorias en 1810.

Acto seguido comenzó el desfile por las principales calles del casco histórico, que fueron desbordadas por el público. La cabalgata presentó este año la novedad de la participación de 1.500 figurantes que caracterizaron a cientos de personajes infantiles, junto a carrozas, bandas de cornetas y tambores y el reparto de miles de caramelos.

Otra sorpresa fue la quema durante el recorrido de mirra e incienso, como símbolos que en el pasado ofrendaron Sus Majestades de Oriente al Niño Jesús.

La víspera de Reyes se complementó con el último día del espectáculo de luz de proyección de formas navideñas en la fachada de la iglesia de La Concepción, compras hasta altas horas de la noche en los comercios y ferias de Artesanía y de Antigüedades y admiración de la representación del Auto Sacramental de Reyes de Tejina de 107 años de antigüedad.