FELIZ AÑO NUEVO. Pero feliz para todos, incluso para quienes han pasado unas fiestas navideñas en soledad, bajo un cielo raso, nuboso o lluvioso… por falta de un techo, un hogar. Porque en esos deseos de felicidad van los de que este recién estrenado 2011 les permita salir de la situación en que se encuentran y dejen de formar parte del colectivo, cada vez más numeroso, de los excluidos y apartados de nuestra sociedad. Una sociedad que cada día se hace más pobre como consecuencia de la crisis, pero que también tiene más conciencia de que debemos ayudar a quienes están en peor situación, personas y familias que, en muchos casos, están pasando hambre.

Tuve oportunidad de leer una entrevista que hicieron a Víctor Renes Ayala, sociólogo, director del Servicio de Estudios de Cáritas Española y de la fundación FOESSA, que ha editado ya seis informes sobre pobreza, exclusión y desarrollo social en España y que ahora ultima un informe sobre el impacto de la crisis en los grupos vulnerables, y no me resisto a transcribir una de sus respuestas. A la pregunta de ¿en qué medida la crisis ha empeorado las cosas? contestó:

"Después de realizar una gran encuesta en toda España, el mes de enero presentaremos nuestro informe sobre el impacto de la crisis en los grupos más vulnerables. Hay una cuarta parte de la población viviendo en situaciones cada vez más difíciles. La desaparición de los 420 euros para los parados va a llevar a unas 300.000 personas más a situaciones angustiosas. Las necesidades de vivienda, de alimento y de atención a la infancia son las demandas más frecuentes que llegan a Cáritas. Cuando los mecanismos de contención se han venido abajo, ha emergido una crisis social que ya existía. Las actuales preguntas sobre la crisis ya estaban hechas antes de la crisis. Por tanto, crisis ¿de qué?, ¿qué crisis? Como Cáritas dijo en Madrid, el pasado junio, en el Congreso Europeo contra la Pobreza y la Exclusión la crisis más letal es el propio modelo que considera el crecimiento como el bien que le legitima, y que genera rupturas y fracturas sociales".

Como ya he comentado en escritos anteriores, la crisis ha afectado también a los Servicios Sociales y repercutido en las subvenciones que nos llegan. La partida más importante es de la Consejería de Bienestar Social del Gobierno autónomo, que se ha visto mermada en cuanto a los dineros para los proyectos específicos de Cáritas subvencionados. Hay recortes hasta del 50%. Hemos hecho bastantes números y, finalmente, lamentándolo mucho, tuvimos que decir "adiós" a las personas que, con contrato eventual, finalizaban su compromiso el 31 de diciembre. Han venido los ajustes, cambios de destino, reestructuración de horarios, etc. que nos permiten mantener todos los centros abiertos, pero con un esfuerzo grande de todo el personal contratado. Esfuerzo en lo personal, incluso económico, sin el cual difícilmente podríamos cumplir los objetivos propuestos de cara a este nuevo año.

Los buenos augurios de nuestro presidente, Paulino Rivero, en cuanto a las previsiones del turismo para 2011, nos hacen soñar con buenas expectativas para el empleo en nuestro Archipiélago y, por tanto, en ese repunte tan necesario y esperado de nuestra economía. Ojalá se cumplan los pronósticos, porque es muy necesario dejar el vagón de cola para situarnos en mejores puestos con el fin de que podamos comenzar a ver la tan deseada luz al final del túnel. Fe y esperanza que mantienen muchas personas y familias que lo están pasando realmente mal; jóvenes que tienen una negra visión de futuro, porque andan deambulando de un lado hacia otro en búsqueda del tan deseado puesto de trabajo que no logran. Y ya no digamos de los menos jóvenes que se sienten como "parados permanentes" en esta sociedad que ni siquiera tiene un empleo para personas con una alta preparación y experiencia laboral.

Voy a finalizar transcribiendo otra respuesta de Víctor Renes en la entrevista que mencionaba más arriba. El periodista le pregunta: "¿Qué podemos hacer?"; y él responde:

"En lo ético, reclamar una economía al servicio de las personas, de objetivos sociales ecológicamente sostenibles. En lo económico exigir equidad en la distribución de la renta. En lo político, contemplar las propuestas de decrecimiento, una simplicidad de vida voluntaria, procurar la cooperación más que la competitividad, repartir el tiempo de trabajo y evitar que nuestro modo de consumir excluya a otras personas del acceso a bienes y servicios a los que tienen derecho".

Amigas, amigos, les deseo que se cumplan sus objetivos a lo largo del presente año, que no olviden a Cáritas y a quienes sirve, y que continúen con esa solidaridad que les caracteriza y que es tan necesaria en estos momentos que nos ha tocado vivir. Gracias.